Demasiados juguetes anestesian a los niños: mirá el video y escuchémoslos

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En Navidad y Reyes Magos hay una imagen que se repite en muchos hogares, al menos en los países donde los padres tienen más recursos: los niños ansiosos, al pie del árbol de Navidad, rasgando los papeles de regalos para descubrir qué hay dentro y luego pasar, frenéticamente, al próximo regalo.

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Hacerles demasiados regalos a los pequeños puede llegar a ser contraproducente

Síndrome del niño hiperregalado

En los últimos tiempos se ha apreciado una tendencia muy peligrosa para el desarrollo emocional de los niños, a la que se ha bautizado como “Síndrome del Niño Hiperregalado”. Este problema hace alusión al intento de los padres a compensar con juguetes el poco tiempo que pasan con sus hijos.

Como resultado, se produce una “anestesia emocional”, el niño se vuelve caprichoso, egoísta y consumista

Los juguetes y regalos son importantes en la vida del niño pero estos tienen una función precisa y no pueden ser un sustituto de la atención y el cariño que deben propiciar los padres.

IKEA ha realizado un experimento con 10 familias reales, donde los niños enseñan lo que realmente quieren para esta esta Navidad:

Un exceso de juguetes provoca en los niños:

1. Sobreestimulación. Cuando los niños reciben muchos regalos, no disfrutan de ninguno en especial, o se decantan por el regalo que más les ha gustado, obviando el resto. El exceso de estímulos simplemente les sobrepasa, por lo que muchos de esos regalos terminarán tirados en un rincón. Cuando el niño recibe más juguetes de los que son capaces de jugar, no puede concentrarse en cada uno, por lo que no les saca el máximo provecho.

2. Pérdida de la ilusión. El exceso de regalos puede hacer que el niño desarrolle una apatía total. Cuando el niño está acostumbrado a recibir muchos presentes, considera que es una obligación de los padres, y pierde la ilusión que normalmente implica recibir un regalo y descubrir su contenido.

Por tanto, de cierta forma, en vez de embellecer su infancia, le estamos robando una de las emociones más bonitas

3. Bajo nivel de tolerancia a la frustración. Los padres que le dan a sus hijos todo lo que desean, sin explicarles el sacrificio que se esconde detrás de cada regalo, contribuyen a generar una actitud egocéntrica, de forma que los niños no aprenden a lidiar con los reveses y la frustración, una capacidad esencial para la vida.

4. Limita la fantasía. El exceso de juguetes termina provocando aburrimiento y mata la fantasía. De hecho, aunque los niños necesitan juguetes para desarrollar tanto sus habilidades motoras como cognitivas, no podemos olvidar que también se puede jugar sin juguetes, y es precisamente en esos momentos, cuando no hay un guión preestablecido, cuando más se desarrolla la creatividad.

5. Desarrolla antivalores. Cuando los niños reciben demasiados juguetes o regalos, les restan valor, no comprenden en su verdadera magnitud el esfuerzo que probablemente han tenido que hacer los padres. Como resultado, pueden desarrollar actitudes consumistas y profundamente egoístas.

La regla de los 4 regalos

La solución no es hacer que los niños prescindan de los regalos, sino obsequiarles menos presentes, que realmente puedan disfrutar durante el mayor tiempo posible.

Para lograrlo, puedes seguir la regla de los 4 regalos:

1. Un regalo que pueda usar, como las prendas de ropa, los zapatos o accesorios similares.

2. Un regalo relacionado con la lectura, ya se trate de un libro en papel o un e-reader.

3. Un regalo que deseen mucho, dirigido a alimentar la ilusión.

4. Un regalo de cualquier índole que realmente necesite.

La Navidad es una época de ilusión y alegría, por lo que es el momento perfecto para enseñarles a los niños a valorar otras cosas más allá de los regalos. Hablale de otros niños que no tienen tanto como ellos y enseñale a donar algunos de los juguetes que ya no usa y que estén en buen estado.

Aprovechá además estas fechas para pasar tiempo juntos. En vez de comprar tantos regalos, planificá actividades de ocio en familia, como ir al cine, al teatro, al zoo o simplemente dar un paseo. Tu tiempo, es el mejor regalo, como lo confirma el video.

Fuente: rinconpsicologia