8 hombres tienen la misma riqueza que 3.200 millones de personas

La concentración de la riqueza sigue creciendo en forma imparable. Cómo hacer para que el crecimiento económico no beneficie sólo a los que más tienen.

El nuevo informe de OXFAM, la prestigiosa ONG dedicada a reducir la pobreza y la injusticia en el mundo, arroja cifras que abruman: los 8 hombres más ricos del planeta poseen la misma riqueza que la mitad de la humanidad, es decir los 3.600 millones de personas más pobres.

Son datos demoledores que demuestran, fuera de toda duda, que la concentración de la riqueza sigue creciendo en forma imparable y a un nivel que obliga a encontrar nuevos adjetivos para calificarla.

El estudio plantea como conclusión que el crecimiento económico sólo está beneficiando a los que más tienen. Sin embargo, sus números también exhiben que no se trata sólo de la apropiación del crecimiento. En los países donde las sucesivas crisis –que hace largos años son habituales y recurrentes en la economía mundial- producen caída del producto bruto, el fenómeno que ahora se denomina “superconcentración” se registra en forma similar.

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OXFAM fue fundada en 1995 por un grupo de ONG´s independientes y tomó su nombre del Comité de Oxford de Ayuda contra el Hambre, fundado en Gran Bretaña en 1942 para que los barcos del bloque aliado en lucha contra el nazismo llevaran provisiones de comida a las víctimas de países ocupados por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

Sus informes han sido ampliamente valorados por su fundamento, metodología y, en especial, por el carácter independiente de esa verdadera confederación de organizaciones no gubernamentales con sede en 19 países, que hace campaña para poner fin a las reglas injustas de comercio, pedir mejores servicios sanitarios y educativos y combatir el cambio climático.

El informe se presentó con motivo de la nueva reunión del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza. Ese Foro alertó hace cuatro años sobre la grave amenaza que el aumento de la desigualdad causa en la estabilidad social y que el Banco Mundial decidió hace tres años combinar el objetivo de acabar con la pobreza extrema con el de promover una prosperidad compartida.

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Pese a ello, y aunque los líderes mundiales se comprometieron a reducir la desigualdad, la brecha entre los más ricos y el resto de la población sigue aumentando.

OXFAM remarca que la situación es insostenible y recuerda las palabras del Presidente de EEUU Barack Obama en septiembre de 2016 cuando, en su última intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, dijo:

“Un mundo en el que el 1% de la humanidad controla tanta riqueza como el 99% más pobre nunca será estable”.

Como es sabido por informes previos de la misma organización y datos oficiales de los organismos internacionales que nadie discute, desde el año 2015 el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el resto del planeta.

Esta tendencia tiende a reforzarse por los brutales efectos de la transmisión por herencia de semejantes patrimonios. Se destaca como ejemplo que, en los próximos 20 años, 500 personas legarán 2,1 billones de dólares a sus herederos, una suma que supera el PIB de la India, un país con una población de 1.300 millones de personas.

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En paralelo, según un nuevo estudio del destacado economista francés Thomas Piketty, autor de una fundada y profunda investigación en la materia publicada bajo el título de “El capital en el siglo XXI”, en Estados Unidos los ingresos del 50% más pobre de la población se han congelado en los últimos 30 años, mientras que los del 1% más rico han aumentado un 300% en el mismo período.

La situación planteada es potencialmente explosiva y amenaza con fracturar nuestras sociedades: incrementa la delincuencia y la inseguridad, socava la lucha contra la pobreza y hace que cada vez más personas vivan con más miedo y menos esperanza

Fenómenos como el Brexit, la elección de Donald Trump, el preocupante incremento del racismo y la cada vez más alta opinión negativa que registra la inmensa mayoría de la dirigencia política son muestras del cansancio y decepción profunda de la ciudadanía de los países con sistemas democráticos, lo que afecta gravemente sus propias instituciones.

Las terribles consecuencias del cambio climático, como lo han probado largamente los científicos más calificados del planeta agrupados en el Panel sobre Cambio Climático de la ONU, derivan en una medida sustancial de la acción humana descontrolada, la misma que genera tan grosera, obscena e injustificable desigualdad.

El estudio -que puede descargarse en los links que agregamos al final- afirma que las respuestas más efectivas para hacer frente a la desigualdad no tienen por qué provocar mayores divisiones y propone medidas concretas para revertir la situación. Su lectura y difusión son muy necesarias en el complejo mundo en que vivimos.

Citamos como cierre una de sus conclusiones principales: “Necesitamos Gobiernos que apuesten por una visión de futuro y respondan ante su ciudadanía primero, grandes empresas que antepongan los intereses de trabajadores y productores, un crecimiento dentro de los límites del planeta, el respeto de los derechos de las mujeres, y que el sistema fiscal sea justo y progresivo. Es posible avanzar hacia una economía más humana”.

Descarga aquí el informe completo o su síntesis.

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