Por qué dormir bien es fundamental para aprender y recordar

 

Desde que empezamos a estudiar en los primeros años de escuela,  constantemente nos han dicho nuestros profesores  que si queremos que lo que hemos estudiado durante el día quede bien grabado en nuestra memoria lo mejor que podemos hacer es dormir bien. Y aunque los científicos han comprendido que nuestros recuerdos se basan en conexiones que se construyen constantemenete entre las neuronas en nuestro cerebro, no está claro cómo es que el sueño ayuda a consolidar esa información.

Es natural que tengamos curiosidad por saber por qué necesitamos desconectarnos y descansar durate varias hora por día. Una hipótesis reciente sugiere que el sueño “enjuaga” las proteínas potencialmente tóxicas que se acumulan en el cerebro durante el día.

Se publicaron dos nuevos estudios que han encontrado evidencia biológica que confirma la sabiduría milenaria que dicta que si queremos recordar, tenemos que dormir.

Estudios recientes han encontrado que si no dormimos lo suficiente, aumentamos nuestro riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2, por no mencionar los trastornos neurodegenerativos como el mal de Parkinson.

Ahora, un par de investigaciones de la Universidad de Wisconsin y la Universidad Johns Hopkins han proporcionado pruebas de otro beneficio que trae el buen dormir, el cual que sugiere que el sueño nos permite "podar" nuestros recuerdos y afinar las lecciones que hemos aprendido mientras estábamos despiertos.

La hipótesis de la homeostasis sináptica no es nueva: los investigadores de la Universidad de Wisconsin desarrollaron la idea hace más de una década, diciendo que el sueño permite que nuestros cerebros reduzcan las conexiones que desarrollamos entre nuestras neuronas mientras estamos despiertos con el fin de hacer nuestros recuerdos más claros.

A medida que experimentamos cosas nuevas, nuestros cerebros construyen o debilitan conexiones llamadas sinapsis que unen nuestras células nerviosas. Los comportamientos y recuerdos que desarrollamos están codificados en estas redes interconectadas de neuronas, que dependen del tamaño y la fuerza de la sinapsis para comunicar mensajes de manera eficaz.

Los biólogos que sostienen esto argumentan que el proceso de construcción de tales redes es un muy profuso durante nuestras horas de vigilia y que el sueño proporciona una oportunidad silenciosa para que el cerebro reduzca selectivamente las redes que construimos mientras estamos conscientes.

El equipo de la Universidad de Wisconsin ha añadido más evidencia para respaldar su hipótesis.

Durante los últimos cuatro años, los biólogos analizaron las virutas delgadas del cerebro de un puñado de ratones que habían dormido, otros pocos que habían sido mantenidos despiertos y entretenidos con juguetes, y algunos más a los que mantuvieron despiertos pero no estimulados.

Los científicos entonces midieron el tamaño y la forma de unas 6,920 secciones cerebrales. Las rebanadas tomadas de los ratones dormidos contenían sinapsis que eran 18 por ciento más pequeñas que las sinapsis de los que estaban despiertos.

En 2014, el miembro del equipo Giulio Tononi, del Centro para el Sueño y la Conciencia de la Universidad de Wisconsin, explicó:

"Durante la vigilia, el aprendizaje fortalece las conexiones sinápticas a través del cerebro, aumentando la necesidad de energía y saturando el cerebro con nueva información. El sueño permite que el cerebro se reinicie, ayudando a integrar material recién aprendido con recuerdos consolidados".

Un segundo equipo de biólogos de la Universidad Johns Hopkins atacó la cuestión desde un ángulo diferente.

Los investigadores de este segundo estudio trabajaron con un grupo de ratones comunes y con otro grupo genéticamente modificado  sin un tipo de proteína llamada Homer1A, un producto químico conocido para desencadenar la eliminación de los receptores en las sinapsis.

Con el fin de estudiar los efectos que esto tendría en la memoria, los ratones fueron colocados en una caja con un panel de piso electrificado. Esa noche, algunos de los ratones fueron tratados con un producto químico que impidió a Homer1A entrar en las espinas dendríticas.

Cuando corrían a través de la misma caja al día siguiente, todos los ratones se congelaron de miedo. Colocados en una caja diferente, sin embargo, aquellos ratones con sinapsis reducidas se atrevieron a cruzar la caja sin miedos (y sin recuerdos). Los ratones que habían sido tratados con bloqueadores de Homer1A, sin embargo, se congelaron de nuevo.

Aunque difícil de saber lo que estaba pasando por sus diminutas mentes de roedores, los investigadores concluyeron que estos ratones estaban confundidos por la similitud entre las cajas. En lugar de tener un recuerdo claro de la experiencia del día anterior, a los ratones les resultó difícil distinguir entre las cajas.

El sueño es un comportamiento increíblemente complejo que está asociado a un montón de funciones biológicas, desde nuestra inmunidad a nuestra digestión. Por lo tanto, es difícil definir una sola razón por la cual dormimos.

Sin embargo es bueno considerar el impacto de la tecnología moderna en nuestros ciclos de sueño, y es importante que prestemos atención a la multitud de beneficios que nos regala un buen y completo descanso nocturno.

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