Sin pareja y sin hijos: la elección de una vida solitaria

Aunque son muchas las personas que conciben la felicidad asociada al hecho de tener una relación sentimental que les permita completar algunas de las metas de su vida, también son muchas las que reconocen que algunos de esos objetivos de vida son imposiciones sociales que pocas veces los hacen realmente felices a ellos.

En nuestra época donde esas marcas culturales están teniendo una severa revisión por parte de la gente, es cada vez más frecuente ver que una persona decide irse a vivir solas y más aún, elije estar sin compromisos de pareja ni hijos.

Existen diversas causas para ello, como la posibilidad de improvisar planes sobre la marcha o de tener mayor intimidad, o quizás realizar un camino y aprendizaje interno. ¿Está mal visto elegir una vida solitaria?

Damián Cardoso, miembro de la  Asociación Argentina de Counselors opina que “Antes que nada tendremos que desmitificar la palabra soledad. Tengamos en cuenta que hay que quitarle las connotaciones negativas que puede tener;estar en soledad no es estar apartado del mundo, de las personas, ser ermitaño, no tener relaciones afectivas”.

Y agrega que “Tampoco es necesario relacionarla con algo depresivo, sino que habría que comprender que elegir la soledad puede ser también un camino, una elección y una alternativa para el encuentro con uno mismo, el contacto con esa parte nuestra que no logramos contactar o el desarrollo de aspectos personales que queremos mejorar”.

"Cohabitar" como contrapartida a “vivir solos”, porque  es la mejor forma de diferenciar un estilo de vida que no está marcado por “la soledad” sino por una propia decisión y una búsqueda.

“Hay que tener en cuenta que las personas pueden optar por dedicarse a sí mismas, a desarrollarse profesionalmente, a tener viajes de negocios o de placer, incluso quizás a dedicarles horas extras al trabajo, todo esto sin tener que pensar en que, si hacen esto, podrían descuidar sus relaciones afectivas” remarca Cardoso.

Existe en nuestros días una tendencia de las personas a descubrir su propia libertad sin estar atados a compromisos, realizar proyectos o tomar decisiones sin pensar por otros. “En este punto, nos surge la idea de la búsqueda del bienestar individual y es ahí, si comprendemos esta noción, que podemos descubrir que soledad como elección, por momentos, puede ser una gran aliada” concluye el especialista.

Está claro que el asunto no es generar una dicotomía: soledad vs. vida de relación, sino marcar la validez de la elección de “vivir solos” en determinados momentos de nuestra vida. Nos referimos también a muchas personas mayores que necesitan y elijen dar este giro, y no sólo a los jóvenes que deciden vivir solos (y aclaramos que solos no es igual a “alejados del mundo” sino “habitándolo” solos).

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