Cuidados perioperatorios: la importancia del antes y el después de una operación

Federico Girardi, médico traumatólogo, especialista en cirugía de columna, habló con Buena Vibra sobre las condiciones que favorecen que una operación salga bien. Lo que debés saber, lo que podés hacer y lo que debés exigir a los equipos que te cuidan.

Federico Girardi, médico argentino, es hoy uno de los más prestigiosos expertos del mundo en cirugía de columna. Trabaja en el Hospital for Special Surgery (HSS), el hospital especializado más importante de Nueva York, y conoce como nadie las últimas tendencias en el abordaje de la patología de columna, un mal que aumenta su incidencia de la mano de una mayor longevidad y del aumento del sobrepeso y el sedentarismo.

Buena Vibra lo entrevistó para conocer algo que subrayó en una entrevista anterior, que es el valor de los cuidados perioperatorios para potenciar los resultados de una cirugía y minimizar los riesgos que una intervención quirúrgica supone. "Cuando uno habla de los riesgos, se queda muchas veces con un sentimiento falso de que puede ser muy complicado, pero todo hay que tomarlo en perspectiva -explica Girardi-. Hoy, con todos los cuidados y estudios preoperatorios, la intervención de equipos interdisciplinarios y los recaudos intraoperatorios y después de la cirugía, las complicaciones son muy bajas".

  • Cuando enfrentamos una cirugía sabemos que hay complicaciones y riesgos que escuchar y sobre los cuales decidir. ¿Qué debemos saber y considerar sobre el tema?

Es importante que el árbol no tape al bosque. Hay complicaciones que se pueden dar, pero que uno prevé y que en general tienen solución. Es importante que el paciente las sepa porque es su derecho y para que esté atento si tiene fiebre, si la herida está muy roja, etc, y pueda reaccionar ante signos de alarma, y así nosotros intervenir y resolver. Tomado a tiempo, no hay problemas a largo plazo. O es rarísimo. No podemos decir el 100 por ciento anda bien porque sería mentir, pero sí hay que transmitir confianza y contar cómo son las cosas hoy. Acá, por ejemplo, las infecciones son mucho menos del 1 por ciento, y que el hueso no cure también. La mayoría andan muy bien y, de los que tienen alguna complicación, también se resuelven bien en general".

  • ¿El panorama ante una cirugía ha cambiado mucho?

El número de complicaciones, su gravedad y su incidencia, han bajado muchísimo. Tal es así que hay muchas complicaciones que uno debe contar al paciente por una cuestión legal y de un consentimiento bien informado que uno jamás vio en la vida. Yo he hecho miles y miles de operaciones y a muchas jamás las he visto.

Claramente una cirugía es algo que se debe evaluar bien y que, en el caso de la columna, debería ser la última opción, pero también es importante llevar tranquilidad a quienes deban atravesar este camino. A veces es importante saber qué pasa si uno se opera pero también qué pasa si uno no se opera, porque lo importante es la salud y la calidad de vida del paciente.

  • ¿Qué son los cuidados perioperatorios?

Son los cuidados y requisitos para poder atravesar este período de estrés en todo sentido de la mejor manera. Involucra cuidados generales y específicos antes y después de la cirugía.

Por ejemplo, una nutrición adecuada: es importantísimo. Hay pacientes obesos que están malnutridos, y pacientes de bajo peso cuyos cuerpos no tienen lo que hace falta para curar. Antes hacíamos dietas especiales y ayunos prolongados, lo que conseguía alterar el tránsito intestinal. Hoy hacemos líquidos ricos en minerales y azúcar para llegar a la cirugía sin "hambre". Es fundamental la alimentación sana antes y después, con muchas proteínas.

El aspecto emocional y psicológico también es crítico. A pesar de lo normal de estar 'nervioso", hay que hacer lo posible para no tener otros problemas paralelos y sentirse tranquilos en cuanto a la decisión tomada. Bajar ese estrés es clave.

En cuestiones más especificas, que hacen al preoperatorio médico, uno busca mejorar todo lo que se puede. Hay enfermedades que no se curan, como la diabetes, y que hacen que uno deba operar en ese marco,  pero sí se pueden optimizar las cosas para que se opere en el mejor cuadro posible.

Lo importante es saber que hay patrones o características de un pacientes que se pueden mejorar antes de una cirugía electiva. Por ejemplo: dejar de fumar, curar cualquier lesión infecciosa previa (piel, dientes, uñas, etc), dejar medicaciones que aumenten el riesgo (anticoagulantes, reumatológicas, derivados de morfina, etc), entre otras. También existen conductas más agresivas para mejorar el estado del paciente que llega complicado, como transfusiones, nutrición parenteral previa, colocación de tubos para alimentación, etc.

  • ¿Qué pasa con el postoperatorio?

En el período postoperatorio inmediato, se incluye la parte de internación (si fuese necesaria) y los cuidados en casa u otro centro de menor complejidad hospitalaria.

Es importante la movilización temprana de los pacientes para evitar la formación de coágulos, cuyas implicancias pueden ser muy serias. Promoviendo que el paciente se mueva rápido y con medicación apropiada si el riesgo es alto, la posibilidad de problemas se reduce considerablemente.

Los cuidados posoperatorios dependen del problema, del tipo de cirugía y del tipo de paciente.

  • ¿Estos cuidados deben realizarse en todas las intervenciones o sólo son determinantes en algunas operaciones?

En general, en mayor o menor medida, deben seguirse en todos los casos. La cirugía es como una agresión deliberada al organismo, con consecuencias bien conocidas. Entonces hay que prepararse en todo sentido: físico, mental, emociona, familiar, laboral y de ayuda. Preparar el contexto para que todo salga bien.

  • Un miedo frecuente en las operaciones traumatológicas son las infecciones. ¿Cómo se aborda?

Las infecciones son una complicación posible pero no frecuente. Lo importante para el tratamiento eficiente de la misma es la detección precoz y el uso cauteloso de antibióticos, antes y en las dos semanas posteriores a la operación.

  • Además de las infecciones, en cirugías de columna, cadera u otros miembros u órganos del sistema osteoarticular suele genera mucho temor el tema de los rechazos. ¿Son justificados los temores? ¿Cómo ha evolucionado el tema?

En cirugía ortopédica no hay rechazos, a no ser que se haga un trasplante de tejido vivo (muy raro). Y las infecciones son cada vez más raras y los tratamientos, más eficaces. El preparado de limpieza antes de la cirugía, la nutrición correcta que ayuda las defensas, la eliminación de todo factor que disminuya las defensas (anemia, diabetes poco controlada, lesiones de piel, etc), más el cuidado en el centro asistencial (quirófano, equipamiento, etc), hace que las infecciones sean muy infrecuentes. Y, en todo caso, si una infección ocurriese y hay un elemento extraño (metal, prótesis), hay que tratarlo lo antes posible: con antibióticos, evaluar si hay que sacar todo, hacer cultivos, etc. De todos modos, es muy muy infrecuente.

  • ¿Qué cuidados deben implementarse antes de una operación para optimizar los resultados?

Como dije, la nutrición es clave; y evitar el tabaco y alcohol. La herida debe ser tratada correctamente y no hay que mojarla por 5 a 10 días.

  • ¿Qué ocurre hoy cuando hay una infección postoperatoria? ¿Qué se hace y cómo se resuelve?

El diagnóstico temprano es fundamental. Empezar antibióticos por las dudas o sin un diagnóstico del germen causante no es bueno. Debe reservarse para cuando se sabe la bacteria a tratar y por el tiempo adecuado. Generalmente, son tratamientos muy largos para ayudar al hueso a defenderse bien de las infecciones.

El diagnóstico temprano se hace por síntomas (fiebre, drenaje, dolor repentino), estudios de laboratorio, diagnósticos por imágenes como ultrasomiudo, tomografía o resonancia. Si es necesario, se vuelve a operar. Pero, repito, es muy raro.

  • Entiendo que el cuidado perioperatorio depende del paciente, de los médicos y del lugar donde uno se opera. Hay cosas que no están nuestras manos... 

Todos tenemos que hacer estos cuidados: paciente, familiares, médicos, enfermeros, rehabilitación. Todos.

  • La operación no termina en el quirófano. Son claves los pasos que siguen pero, en general, quien operó se desliga y queda al margen de las consecuencias. ¿Cómo gestionar ese proceso que hace que, a veces, el paciente se sienta abandonado a su suerte y la idoneidad y compromiso de otros especialistas?

Se debe trabajar en equipo y todos los miembros deben estar disponibles cuando sea necesario. La cirugía tiene un período de recuperación que varía de semanas a más de un año. Pueden haber complicaciones (infecciones, fracturas, implantes que se sueldan, implantes que se aflojan, etc). Pero el diagnóstico temprano y preciso hace que los buenos resultados se concreten. El paciente es parte de este equipo y todos estamos en la misma carrera, que apunta a llegar al final sin obstáculos (o con pocos) y con el resultado deseado.

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