Por qué es importante vacunar a los niños y a las personas en riesgo

vacunas meningitis

Si bien hay vacunas obligatorias según el calendario oficial, hay quienes deciden no inmunizarse. Esta conducta tiene riesgos tanto a nivel individual como colectivo.

La decisión de no vacunarse es un debate que crece, sobre todo con el inicio de clases. No son pocos los padres que deciden no tener al día el calendario de vacunación y esta decisión genera críticas virulentas, descalificatorias e incluso desmedidas.

En realidad, lo que está en juego es una puja entre principios o valores que son igualmente válidos. Por un lado, el de la libertad de decidir sobre nuestro propio cuerpo (o el de nuestros hijos en este caso) y, por otro, el de la solidaridad y la defensa del interés colectivo, dado que cada persona vacunada es un factor de protección contra la diseminación de diferentes enfermedades.

cada persona vacunada es un factor de protección contra la diseminación de diferentes enfermedades

En la actualidad, existe información convincente sobre los beneficios de la vacunación como una de las mejores medidas para la prevención de enfermedades infectocontagiosas. A pesar de ser un movimiento contra-hegemónico, también existen algunas investigaciones que indican que la vacunación es cada vez menos efectiva, sumado a otras que hablan de los riesgos asociados a estas prácticas.

A este panorama tan diverso, se enfrentan algunos padres cuando deben tomar la decisión de vacunar a sus hijos, sobre todo cuando comienzan la guardería, el jardín o la escuela primaria. Sin duda, en esta etapa comienzan las primeras enfermedades de los chicos y la gripe, la tos y la fiebre, son moneda corriente. Hay padres que optan por “inmunizar” a sus hijos, con estos primeros brotes. Creen, a veces, que esto hará que creen sus propios anticuerpos y batallen las primeras enfermedades, de manera personal.

Existe un sentimiento, por temor, en contra de las vacunas de aquellos que tienen valores diferentes o conflictivos, o que tienen poca o ninguna información, o para quienes la vacunación es un problema (los que no comprenden en profundidad la probabilidad o el método estadístico), los negadores (los que simplemente se niegan a creer en los datos), las personas con estilos de cognición de poca complejidad, (suposiciones simplistas aceptadas sin mucha crítica, como aquellos con pensamientos conspirativos, o cuya información proviene de la aceptación sin crítica de los informes dados por celebridades y otros a través de los medios de comunicación) y, finalmente, de aquellos para quienes el movimiento antivacunas representa una "causa vital”, porque a menudo ellos o algún otro saben de alguien que ha sufrido lesiones causadas por vacunas, reales o derivadas del temor.

Las niñas y los niños son especialmente susceptibles a las enfermedades. No suelen lavarse las manos con frecuencia, comparten utensilios y objetos personales, y se llevan todo a la boca. Al ingresar a la escuela, entran en contacto con muchos otros chicos y adultos, y por lo tanto están más expuestos a diferentes enfermedades. Frente a estas situaciones, las vacunas son la mejor medida de prevención. Además, al vacunarlos beneficiamos a toda nuestra familia y a la comunidad, ya que contribuimos a disminuir la circulación de dichas enfermedades.

El Ministerio de Salud recomienda la vacunación gratuita a todas las personas consideradas en riesgo:

 Embarazadas en cualquier período de gestación.

 Madres de niños con menos de 6 meses de edad.

 Todo personal de salud.

 Niños de 6 meses a 2 años de edad.

 Todas las personas mayores a 64 años.

La vacunación es una responsabilidad social que toda la población debe asumir, y en países como el nuestro el Estado con sus regulaciones garantiza que todos los menores sean vacunados, propiciando un equilibrio entre el bienestar individual y colectivo.

 

Fuentes: Francisco López, Magister en Ciencias Sociales y Salud e Investigador de la Fundación FEMEBA, y Martín Cañas, responsable del área de Farmacología de la Fundación FEMEBA.

 

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