Un brote psicótico es una alteración grave en el juicio de la realidad producido por un colapso del sistema nervioso central, que provoca que la persona sufra una alteración del juicio y de la realidad en la que vive de forma temporal.
La persona afectada tiene ideas y percepciones anormales y una pérdida de contacto con la realidad, junto a cambios en la conducta. Al tener la realidad alterada, no puede funcionar normalmente en su entorno.
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Un brote psicótico es una ruptura de la realidad de forma temporal
Los rasgos principales de los brotes psicóticos son:
- Delirios o alteraciones del contenido del pensamiento debido a interpretaciones o distorsiones de la realidad.
- Alucinaciones, como percepciones de un objeto, imágenes o estímulos exteriores que no es real.
- Pensamiento y/o comportamiento desordenado.
- Apariencia física descuidada.
- Aislamiento social.
Los primeros episodios psicóticos suelen aparecer en la adolescencia con depresión, ansiedad y aislamiento, aunque en ocasiones se pueden producir delirios, alucinaciones e ilusiones sensoriales.
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Cuando se produce un brote psicótico es porque ha habido una "ruptura" de la psique. Es decir: las personas necesitamos tener una estructura psíquica lo suficientemente sólida y fuerte como para poder soportar, aceptar, simbolizar y ordenar de manera satisfactoria los problemas e inconvenientes que nos vayan ocurriendo durante nuestro día a día.
Quien sufre un brote psicótico tienen una estructura psíquica muy débil o afectada, y eso genera un quiebre ante un determinado estímulo
Brote psicótico: causas
Un brote psicótico puede ser provocado por diversas causas, pero entre las más frecuentes se encuentran:
- Mucho estrés.
- Sobreexposición emocional.
- Haber vivido un acontecimiento traumático.
- Ansiedad o tensión de forma desproporcionada.
- Ingesta de medicamentos.
- Consumo de drogas.
- Esquizofrenia.
- Trastorno bipolar.
Lo habitual es que dure de una semana a 10 días, y después la persona se empiece a estabilizar, pudiendo volver a su vida habitual, aunque deberá seguir con tratamiento farmacológico y psicológico
Su duración puede variar desde días hasta semanas, pudiendo requerir hospitalización, pero, con un adecuado tratamiento médico y psicológico, en general la persona se estabiliza pudiendo retomar su rutina diaria, aunque debe seguir con un tratamiento psiquiátrico adecuado.
Brote psicótico: síntomas
Es importante no perder de vista los síntomas, ya que apenas comienzan a aparecer los primeros es recomendado consultar a un especialista para que guíe un futuro tratamiento. Si bien los brotes psicóticos suelen no tener cura, si pueden controlarse de manera que los pacientes se encuentren estabilizados luego del episodio.
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Los primeros que pueden advertir sobre este tipo de desordenes son los familiares o aquellas personas muy allegadas a la persona afectada, y son en general, los mismos que pueden colaborar para que la persona afectada mejore. A pesar de eso, en muchos casos puede ser necesaria una internación hasta que los síntomas mejoren.
Si bien es difícil prevenirlo, algunas de las señales más importantes a tener en cuenta son estas:
- La persona afectada se aisla socialmente, incluso dejando de ir a trabajar o estudiar.
- Suelen verse cambios en el aspecto de la persona, como descuido de la apariencia y de la higiene personal.
- El individuo muestra una conducta extrañada, desorganizada y fuera de lo normal. Puede enunciar oraciones carentes de sentido.
- Manifiesta ideas que no parecen tener relación alguna con la realidad.
Tratamiento
Una de las preguntas que más resuena es si el brote psicótico se cura. Las personas que tienen riesgo de padecer un brote psicótico o que han sufrido algún episodio, necesitan tratamiento farmacológico (antipsicóticos) y psicoterapia. Incluso, las intervenciones a nivel familiar suelen tener éxito, ya que es un modo de acercar a la familia a la experiencia de la persona, proporcionándoles información, herramientas y apoyo.
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Qué es un brote psicótico con delirio místico
Un delirio místico es entendido como una historia en donde aparecen ideas sin sentido, locas y con una gran contenido religioso o de vivencias místicas y sobrenaturales.
Las personas con este trastorno hacen referencias constantemente a cuestiones de índole mágica, pero que son realmente muy difíciles de comprender para los demás.
Esto también tiene consecuencias en el funcionamiento social, ya que menos personas podrán mantener conversaciones con el afectado.
Estos delirios suelen estar acompañados por diversas alucinaciones, sobre todo auditivas, ya que muchos pacientes hacen referencia a escuchar voces o sonidos que en realidad no existen.
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