Tango y neurociencias: por qué hace bien al cerebro y favorece la longevidad

Las neurociencias explican cómo el tango contribuye al desarrollo del propio bienestar y es un gran aliado de una buena longevidad.

El mantener los vínculos sociales, realizar actividades cognitivamente desafiantes y placenteras y mantener el cuerpo en movimiento, son algunos de los factores que promueven el bienestar del individuo. El tango contribuye al desarrollo del propio bienestar, al integrar dichos factores.

El tango es una danza enlazada, lo cual implica la interacción interpersonal, promoviendo la socialización y el intercambio con pares, a la vez que posibilita un mayor desafío cognitivo al requerir durante el proceso de planificación y organización del movimiento, tener en cuenta al compañero, poniendo en juego además, la empatía y la comunicación no verbal.

La función cognitiva de la memoria se activa al ser necesaria para recordar los pasos coreográficos, y particularmente la dimensión atencional necesaria para seguir el ritmo de la música, estar en sincronía y coordinación con la pareja, y permanecer concentrados en la secuencia de movimientos pautada, transcurriendo todo en forma simultánea e integrada.

Un aspecto esencial es que permite la conexión con una experiencia significativa y gratificante en el aquí y ahora, llevando a la persona a focalizar su atención en el momento presente, contribuyendo a reducir los niveles de estrés que a veces pueden generar las preocupaciones de la vida cotidiana.

También colabora en la ejercitación del cuerpo, manteniéndolo activo y trabajando sobre las habilidades motoras de cada uno, fortaleciendo el equilibrio y la coordinación.

Al reunir múltiples benficios que impactan en el mantenimiento activo de una vida saludable, se lo podría considerar como un factor protector frente a la longevidad, ayudando a mejorar la calidad de vida de cada persona que lo experimenta.

Por Lic. Jorgelina Benavídez (Directora del Dpto de Terapias Basadas en las Artes); Lic. Clara Loitegui y Lic. Sofía Stuffrein, coordinadoras de los Talleres de Milonga de la Fundación INECO.

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