Uma, la nena que superó la epilepsia gracias a la marihuana medicinal

Sus padres eligieron tratarla con la planta que sembraron en su casa

58 senadores argentinos votaron por unanimidad la ley que permite el uso medicinal del cannabis. Madres, padres y hermanos de enfermos festejaron en el recinto, comentando a viva voz que:

Gracias a la planta de marihuana recuperaron la esperanza de una vida digna

Argentina se unió así a los países del mundo que reconocen las virtudes terapéuticas del cannabis sativa. Ya es legal para tratar diversas enfermedades, como cáncer, VIH, artrosis, fibromialgia, esclerosis, epilepsia...

Josefina Vilumbrales es una niña que pasó de 600 convulsiones por día a casi ninguna gracias al consumo de cannabis. Esta familia venía dando una lucha tremenda contra los prejuicios que esto genera. En 2015 la ANMAT le había autorizado a estos padres la importación del aceite, pero la Aduana le frenaba el frasquito proveniente de Estados Unidos en Ezeiza.

En ese momento su mamá, María Laura Alasi, juró que no iba a parar hasta conseguirlo. Y no paró. Ayer en el Congreso lloró de alegría diciéndole a cada uno que abrazaba:

"Sueño cumplido"

Foto Juano Tesone

Hernán Godoy y Florencia Zárate, una pareja de Florencio Varela, cultiva cannabis para su hija Uma, de 4 años, diagnosticada en 2016 con epilepsia. Ayer Florencia contó cómo la planta de marihuana había modificado radicalmente la vida de la nena.

"Hasta el año pasado ella no sabía su nombre, no nos miraba, y sólo se expresaba a través de sus gritos de dolor. Desde que empezamos a darle cannabis, habla, sonríe, juega, corre"

Días atrás los médicos le hicieron un electro a la nena que no registró impulsos eléctricos, característicos de la enfermedad. "Si no la hubiera revisado antes diría que no tiene nada", les dijo el doctor.

Para ellos, como para tantos otros, caer presos por tener plantas sería una injusticia descomunal

"Nosotros fuimos probando diferentes plantas y había algunas genéticas que no le hicieron nada. Hasta que encontramos ésta y no lo podemos creer. No nos pueden sacar nuestras plantas. Uma además las riega, les habla, sabe que son suyas".

Marcelo Morante, del departamento del Dolor de la Universidad Nacional de La Plata, planteó que: "el Estado tiene que regular el autocultivo, no combatirlo ni criminalizarlo. Debe establecer estándares de calidad y apoyarse en los que vienen trabajando hace años, que conocen lo que la planta nos enseña respecto del dolor".

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