La victoria política tiene precio: ser Presidente acorta la vida

Las canas se multiplican. Las ojeras apagan la mirada. El cansancio invade todo. Los espacios personales se reducen casi a cero… Las responsabilidades son muchas y los candidatos a presidente sufren cambios físicos y psíquicos notables. Así se observa y así lo confirma un nuevo estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), que ha concluido que ser elegido jefe de Gobierno reduce la esperanza de vida.

La investigación fue publicada recientemente en la edición especial de Navidad de la revista British Medical Journal. El trabajo analizó la supervivencia de 279 líderes con la de 261 candidatos que finalmente no fueron elegidos en el período comprendido entre entre 1722 y 2015. Los expertos midieron la edad de cada candidato tras las elecciones a las que concurrieron y tomaron como referencia individuos de control con un promedio de la misma edad y de sexo.

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Los resultados arrojaron que aquellos candidatos que finalmente se convirtieron en jefes de Estado vivieron hasta 2,7 años menos y tuvieron un 23% más de riesgo de muerte, en comparación con los candidatos que no fueron elegidos.

Otro estudio con 5.000 miembros de las dos Cámaras del Parlamento de Reino Unido (entre 1945 y 2011), y esta vez llevado a cabo por expertos de la Universidad de Surrey (Reino Unido) descubrió que, por el contrario, convertirse en diputado no resultaba perjudicial para la salud sino que la “mimaba”: los diputados tenían una tasa de mortalidad un 28% más baja que la población general y un 37% inferior en el caso específico de los lores. La política, en este caso, paga bien.

Mauricio Macri