En junio del 2013, un grupo de amigos, estudiantes de la Universidad de Stanford en Estados Unidos lanzaron un globo meteorológico con una cámara GoPro, un equipo de Sony y un teléfono Samsung a fin de tomar imágenes del Planeta desde una gran altura.
Los estudiantes diseñaron el soporte de la cámara y utilizaron una impresora 3D para construirlo. Después, compraron un smartphone con GPS incluido. El teléfono celular iría vinculado a la GoPro y en funcionamiento constante. Aunque superada cierta altura perdería comunicación con la Tierra, el GPS guardaría su posicionamiento de forma constante en la tarjeta de memoria. De esta manera, cuando descendiera, el grupo podría volver a localizarlo.
La cámara almacenó 100 minutos de grabaciones hechas a 30.000 metros de altura
El lanzamiento se realizó desde Arizona, EEUU. El dispositivo voló durante una hora y 38 minutos. Alcanzó una altura de 30 mil metros y cayó a 80 kilómetros de distancia del punto de lanzamiento pero con tanta mala suerte que se trataba de una zona donde no hay señal de celular, por lo que no pudieron localizarlo en ese momento. El smartphone había caído donde ellos creían, pero no tenían modo de contactar con él.
La búsqueda se inició, pero con pocas expectativas. Encontrar el teléfono era una tarea casi imposible tratándose de un inmenso desierto y un pequeño equipo celular.
Hasta que lo imposible se volvió posible. Dos años después, una mujer trabajadora de AT&T, estaba realizando senderismo por la zona donde había caído la cámara y la encontró, con el smartphone adosado. Tomó el equipo, comprobó que era de su misma empresa y decidió llevarlo a una tienda de AT&T. Allí, comprobaron la titularidad de la tarjeta SIM y llamaron al dueño.
Y así recuperaron no solo el teléfono sino también la cámara GoPro, que estaba intacta a pesar del enigmático aterrizaje. Lo mejor fue que contenía almacenado 100 minutos de grabaciones hechas a 30.000 metros de altura.
Impacta el resultado. Fotos y videos maravillan, no solo por lo alucinante del paisaje, sino también por la hazaña de la aventura.