Entre “canallas” y “triperos”: historia de los apodos en el fútbol argentino

Muchas veces portados con orgullo porque recuerdan alguna gran hazaña y otras veces con un poco de enojo porque vienen de alguna historia no tan gloriosa, repasamos el origen de los sobrenombres a los clubes del fútbol argentino.

Estudiantes de la Plata, “Pincharratas”: Según la versión más popular y difundida desde comienzos del siglo pasado, entre los primeros simpatizantes de este club había muchos estudiantes de Medicina, quienes en sus estudios académicos solían hacer experimentos con ratas en los laboratorios de la facultad, por lo que se los veía por la ciudad cazando ratas para sus posteriores experimentos. De allí el apodo.

Gimnasia y Esgrima de La Plata, “Triperos”: Este club se fundó como un club social, pero cuando comenzó a practicar fútbol, a principios de siglo XX, congregó a los sectores más populares de la ciudad. Especialmente a los vecinos del barrio “El Mondongo”, muchos de ellos, trabajadores del frigorífico de Berisso. Despectivamente a sus seguidores se los llamó “triperos”. Por la ubicación de su estadio en el bosque platense, al equipo también se lo denomina “El Lobo”.

Banfield, “El Taladro”: Este sobrenombre tiene que ver con el título de una noticia en un diario. En 1940, Banfield venía haciendo una muy buena campaña y ya había conseguido varias goleadas (7-3 a Atlanta, 6-1 a Tigre, 5-0 a Newell’s, 5-0 a Lanús), hasta que finalmente consigue un resonante triunfo por 2-1 ante Independiente, y es entonces cuando el diario El Pampero titula “Banfield agujerea a los rivales”. Con esa noticia en la tapa, el club Banfield se ganó su apodo.

Newell´s y Rosario Central: Estos dos clubes, los más populares de esta ciudad argentina, se ganaron su apodo el mismo día y a partir del mismo evento. Por los primeros años de la década de 1920, el Patronato de Leprosos, ubicado en el Hospital Carrasco de Rosario, quiso organizar un partido benéfico con el fin de ayudar a los enfermos. A este fin, convocó a jugar tanto Newell´s como a Central. Éstos últimos se negaron a ir, por lo que fueron tildados de “canallas” por los de Newell´s quienes, a su vez, recibieron el calificativo de “leprosos” por parte de los de Central.

San Lorenzo de Almagro, “Cuervos”, “Ciclón” “Gauchos de Boedo”: Fue fundado en 1908 por un grupo de jóvenes que, para honrar al cura Lorenzo Massa (quien los ayudó mucho en la conformación del club), le colocaron su nombre al nuevo club.
Como las sotanas de los curas son de color negro, se los solía identificar de manera despectiva como “cuervos”, y la institución tomó la misma denominación de parte de los equipos rivales, quienes utilizaban el mote para humillarlos.

Su otro apodo característico es el de “El Ciclón”. Este se debe a que en el año 1933, el club salió campeón con un juego arrasador, por lo que los periodistas de la época comenzaron a llamarlo de esa manera.

También son conocidos como “Los Gauchos de Boedo”. Este apodo viene del mismo campeonato de 1933 cuando ganaron el título con varios jugadores llegados desde el interior, principalmente desde Santa Fe, y con la maestría del brasileño Petronilho do Brito, el Diamante Negro

Velez Sarfield, “El Fortín”: A Vélez se lo conoce como “El Fortín” porque su estadio de la calle Basualdo 436 del barrio de Villa Luro fue considerado invulnerable entre 1924 y 1943, año en que se mudó a Liniers.

Independiente, “Los diablos rojos”: Si bien el rojo de la camiseta tiene mucho que ver con este sobrenombre, en un comienzo, la camiseta del club era blanca. En 1905 se tomaron los colores rojos porque al presidente Langone le gustaron los colores del Nottingham Forest inglés (estaba de gira por el país y goleó al gran Alumni).El apodo de Los Diablos Rojos fue adjudicado por el periodismo al equipo de Independiente por el juego endiablado de su ataque en 1926 (Canaveri, Lalín, Ravaschino, Seoane y Orsi) y ratificado en 1938 con una excepcional línea atacante que conformaron Maril, De la Mata, Erico, Sastre y Zorrilla.

River Plate, “Millonarios”: En la década del ’30, cuando se iniciaba la era profesional en el fútbol argentino, la dirigencia del club hace efectiva la primera compra que revolucionó el mercado de pases de la epoca comprando a Carlos Peucelle en 10.000 pesos, una fortuna para esa epoca.

El apodo de “Gallinas” surge cuando River, luego de perder la final de la Copa Libertadores contra Peñarol en 1966 donde iba ganando 2 a 0 y termina derrotado por 4 a 2, fue a jugar un partido contra Banfield y desde la tribuna donde estaban los hinchas de Banfield tiraron a la cancha una gallina. El sobrenombre quedó por siempre.

Boca Juniors, “Xeneize”: Este vocablo es una deformación de “zeneize”, palabra perteneciente al dialecto que se habla en la región de la Liguria, cuya capital es Génova; que traducido significa, justamente, genovés. Debido a la gran colonia genovesa que vivía en el barrio de La Boca, comenzó a utilizarse el apelativo de Xeneize para nombrar todo lo relacionado con el club.

 Huracan, “Quemeros”:  este apodo surge de la proximidad en que se encontraba la cancha de Huracán con la Quema Municipal.