La cultura del todo pasa, la gran condena del fútbol argentino

La huella de Grondona y las razones que convirtieron el deporte más lindo y sano del mundo en tierra de dolor y barbarie.

¿Qué le pasa al fútbol? ¿Qué nos pasa? El sábado nos indignamos por lo ocurrido en el Estadio Mario Alberto Kempes, en Córdoba, y horas más tarde nos entristecimos profundamente al enterarnos que Emanuel Balbo había fallecido debido a los politraumatismos sufridos en el clásico entre Belgrano y Talleres.

Es verdad, el comienzo del problema fue algo alejado del verde césped donde rueda la pelota. Sin embargo, su muerte es otra víctima que se cobra la violencia en las canchas. Hoy, ya días más tarde y luego de un acto de solidaridad entre los jugadores de las dos instituciones más grandes de Córdoba, todo pasó. También es verdad que los medios de comunicación no pueden estar las 24 horas del día hablando sobre eso, pero, lamentablemente, salió de agenda y ya no será tema en la población. Lo iremos olvidando…

¿Por qué me atrevo a decir ésto? Porque ya se están por cumplir dos años de que, en La Bombonera, a los jugadores de River les tiraran gas pimienta, algo que al autor del hecho sólo le valió una leve multa económica y la entrega de panes a comedores: era fácil para él, ya que su oficio (y sobrenombre) es “panadero”. Saldó rápido y cómodamente su falta.

También se cumplieron dos vueltas al sol desde que Emanuel Ortega, volante de San Martín de Burzaco, falleciera por un fuerte golpe contra los paredones ubicados a los costados de las canchas del ascenso. A pesar de que se criticara el hecho y a pesar de la solidaridad de los clubes con la familia y con el conjunto de la Primera D, los paredones siguen existiendo y todo pasó.

Además, en junio, se cumplirán 5 años del asesinato de Gonzalo Saucedo, el hincha al que, el 11 de junio de 2012, mataron en el Estadio Monumental en pleno River-Boca Unidos por la fecha 36 del campeonato de la B Nacional. ¿Cuál fue la respuesta de la AFA y de Grondona? Suspender la tribuna Sivori Alta (lugar del hecho). Sabían que, con suerte, la historia se repetiría como rezaba la costumbre… Tras la pena, olvido.

Que la Asociación del Fútbol Argentino y los clubes estén como están no es algo que ocurrió de un día para otro. El grondonismo, encabezado por Don Julio pero aprobado por la gran mayoría de los que hoy forman parte de la nueva comisión, se guiaba por el lema que rezaba a puro oro el anillo de ex vicepresidente de la FIFA: “Todo Pasa”. Y así fue: sellaron su impronta y, en nuestro querido fútbol, todo pasó.

Los dirigentes que tanto mal le hicieron a los clubes -Aguilar y Passarella en River, Comparada en Independiente, López en Newell’s de Rosario, Usandizaga en Central, Babington en Huracán y tantos otros, también pasaron-, como sus juicios y auditorias.

Por todo ésto me atrevo a decir con dolor, con indignación y con muchas ganas de equivocarme que el fallecimiento del hincha de Belgrano quedará en la nada. Porque en Argentina, y sobretodo, en el fútbol argentino, Todo Pasa.

Ojalá el futuro me desmienta y la barbarie, la violencia y el delito tengan sanciones tan pero tan duras que dejen, por fin, de pasar.