Teléfonos móviles: por qué son claves en una investigación judicial

Continuamente nos encontramos con noticias en donde los teléfonos celulares se vuelven determinantes para la resolución de un delito o construir los pasos de quienes lo han cometido.

Los hechos de los últimos días han puesto de manifiesto un fenómeno que se ha ido incrementando en los últimos años, en donde el mundo de los dispositivos móviles ha evolucionado de tal manera que nos ha permitido tener múltiples terminales para diferentes usos: personal, profesional, laboral, etc.

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Este mismo proceso ha llevado a que la información que ellos almacenan sea de sumo valor a la hora de resolver un incidente o acto delictivo.

Llamadas realizadas y recibidas, geolocalizacion, fotos y videos, datos e historial de navegación, mensajes de texto, correos electrónicos, y tantos otros datos, incluso eliminados, son los que se pueden obtener a partir de la intervención de un perito informático forense, quien trabaja colaborando con el ámbito judicial para buscar y encontrar aquellos datos o huellas digitales que puedan oficiar de prueba o colaboren en la resolución de un acto delictivo.

Buena Vibra consultó al Ing. Pablo Rodríguez Romeo, Perito Informático Forense, quien explica que a partir de la utilización de técnicas y softwares especiales se puede reconstruir la actividad de cualquier dispositivo móvil, o equipo informático.

“Si bien no existe una metodología estandarizada que determine cómo debe realizarse el análisis forense, trabajamos a partir de una serie de guías y buenas prácticas para llevar a cabo el proceso con éxito.

En este sentido, nuestra labor como peritos informáticos reside en preservar, adquirir, analizar, documentar y presentar la prueba digital. Aquí la cadena de custodia resulta fundamental para no viciar la prueba, evitando alteraciones, sustituciones o incluso destrucciones que anulen su validez probatoria.

De todos modos, es una realidad de nuestra profesión el hecho de aún no contar con protocolos que hagan referencia a la prueba o evidencia digital, ni a ningún procedimiento relacionado con ella. Por eso, como peritos informáticos forenses nos vemos obligados a regir nuestro accionar a partir de las buenas prácticas impartidas por quienes son pioneros en la materia, generalmente Estados Unidos, para de algún modo encuadrar nuestra actividad en un marco de legalidad.

En este sentido, resulta crucial un revisionismo que permita realizar las reformas necesarias y habilite la regulación de estas prácticas, incorporando la prueba digital y todo lo que ella conlleva.”