Warren Beatty define a su hijo mayor como un ‘revolucionario’ por atreverse a cambiar de sexo

El actor Warren Beatty habló con orgullo de su hijo transexual: dijo no poder sentirse más orgulloso de su hijo menor, a quien considera su héroe personal por la valentía que demostró al cambiar su nombre

El actor de 79 años, productor y director con legendarios títulos a sus espaldas, como “Bonnie and Clyde” o “Reds”, está casado desde 1992 con Annette Bening, con quien tienen cuatro hijos.

En una entrevista con la revista “Vanity Fair”, al hablar sobre su hijo menor que con 14 años comenzó un proceso de cambio de sexo, dijo que era un “revolucionario por haber tomado la valiente decisión de cambiar de género y empezar a vivir como el joven que siempre se había sentido a pesar de haber nacido como Kathlyn.

El hijo cambió su nombre Kathlyn Elisabeth por Stephen Ira, y Warren dijo sobre él:

“Es un genio, es mi héroe, al igual que lo son todos mis hijos”

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A sus 24 años, el joven es un activista que promueve la aceptación de los transexuales y habla a menudo de la discriminación que ha sentido.

Actualmente la prioridad de Beatty es la familia que ha formado junto a su esposa Annette Bening, madre de sus cuatro hijos: Benjamin, (22), Isabel (19) y Ella (16), además de Stephen.

“A veces la vida toma las riendas por ti, en mi caso lo ha hecho al darme cuatro hijos, pero de una forma más maravillosa de lo que nunca podría haberme imaginado cuando era más joven”, agregó el veterano actor.

Dos de sus hijos ya han abandonado el hogar familiar y los otros dos ya no necesitan de su atención constante, por lo que el actor ha sentido la necesidad de retomar su carrera, dirigiendo y protagonizando la cinta ‘Rules Don’t Apply’ para combatir así de alguna manera el temido “síndrome del nido vacío”.

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“Hay algo relacionado con el síndrome del nido vacío que te empuja a decir: ‘Bueno, a lo mejor debería salir ahí fuera y hacer una película’. Como decía Cocteau (citando al poeta francés Paul Valery): ‘Un poema nunca está terminado, únicamente los abandonas’. Y lo mismo sucede con las películas… y con los hijos. Sigues trabajando en ellos, todo el tiempo, pero también tienes que aprender a dejarles marchar”.