Marcos Mion, un presentador de televisión en Brasil, subió a Facebook un conmovedor video que lo muestra bailando una canción de Elvis Presley con su hijo Romeo, con TEA (Trastornos del Espectro del Autismo). En pocos días, el posteo de este padre se ha compartido más de 113.000 veces y cuenta con más de 22.000 comentarios.
“Cuando la gente baila, el mundo entero desaparece y no hay nada más placentero e importante que el eslabón formado allí en ese momento”, explicó Mion, la figura televisiva que decidió hacer público un momento especial que vivió con su familia
Mion publicó su video con un potente mensaje: “Incluso mis amigos más cercanos me preguntan cómo es vivir con un niño especial. Romeo es así. Cuando se ríe es de verdad, pero cuando se enfada, también. Cuando llora, la lágrima es más fuerte que la serenidad, pero cuando es feliz, su cuerpo tiembla entero y empieza a mover las manos y salta de una manera que es imposible de sobreactuar”.
“Sea cual sea la forma en que te conectas con tu hijo especial, hazlo siempre. Al final del día, verás que quien necesita mucho más esa conexión, sos vos” dijo el padre.
“Cuando él ama, lo hace por completo”, prosigue en su comentario. “Y cuando no ama, no tiene sentido. Cuando él quiere, es porque lo necesita, y cuando le gusta alguien es con toda el alma. Cuando la gente baila, el mundo entero desaparece y no hay nada más placentero e importante que el eslabón formado allí en ese momento. Y da sentido a la frase: baila como si no nadie estuviera mirando”.
En la década del 40, aparece por primera vez en la bibliografía psiquiátrica, el término Autismo infantil precoz. Desde esa época hasta nuestros días, mucho se ha avanzado en el conocimiento de este cuadro que afecta a un grupo de niños no específico.
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El autismo o Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) hace referencia a un conjunto amplio de condiciones que afectan al neurodesarrollo y al funcionamiento cerebral. Dando lugar, a las personas que lo padecen, a sufrir dificultades en la comunicación e interacción con los demás, así como en la flexibilidad del pensamiento y de la conducta de la persona que lo presenta.
Según la Organización Mundial de la Salud, uno de cada 160 niños tiene un TEA y sus síntomas suelen comenzar en la infancia y persistir hasta la adolescencia y la edad adulta. Otras estimaciones hablan de que puede afectar a uno de cada 68 niños en edad escolar.
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