Cuando somos chicos, los juguetes tienen un lugar muy especial en nuestros corazones y un valor tan grande que perderlos es lo más devastador que podría suceder en nuestras vidas jóvenes.
Pero, a medida que envejecemos, perdemos el interés en los juguetes y, finalmente, lo que una vez amamos, queda abandonado en una caja, tirado o entregado y olvidado.
Sin embargo, gracias a algunas ideas que aquí compartimos, ahora tenemos la oportunidad de devolverles a esos viejos juguetes una vida útil.
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Simplemente tenemos que pegar con cola un juguete de plástico ya en desuso a un sujetalibros y, una vez seco, darle un par de capas de pintura acrílica brillante, del color que uno quiera. (como el elefante de la foto de portada)
Otra opción, si el juguete es grande es pegarlo directamente en el estante de la biblioteca para conseguir un efecto un poco más llamativo.
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Primero debemos cortar los juguetes de dinosaurios o animales por la mitad y luego pintarlos con diferentes colores. A continuación los pegamos a una tabla de madera con pegamento para madera fuerte. Una vez que el pegamento esté seco, aseguramos cada dinosaurio con un tornillo.
Para terminar fijamos la tabla con ganchos en la pared o en la parte posterior de la puerta del cuarto de los chicos para que ellos puedan colgar allí sus abrigos y sus bolsas.
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En primer lugar tenemos que conseguir una tabla de madera delgada y de buenas dimensiones y un reloj pequeño, de esos despertadores con agujas. Luego tomamos doce playmobiles y los ubicamos en los lugares correspondientes a donde irían los números de un reloj común. Luego colocamos el motor del reloj despertador detrás de la tabla y le cambiamos las agujas por dos que sean más grandes, del tamaño apropiado para el nuevo diseño.
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No hay duda de que a los chicos les encantará este espejo y es muy fácil de hacer. Solo teneos que asegurarnos de colocar los autitos en el borde del espejo antes de pegarlos para ver cuántos necesitaremos. Comenzamos usando el pegamento súper fuerte para fijar cuatro coches en los puntos del norte, del sur, del este y del oeste, antes de rellenar los espacios.
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Aplicar la misma astucia a una lámpara vieja, transformando el diseño sencillamente con juguetes. Pegar los dinosaurios de plástico, los coches y los soldados a la base de la lámpara y pintar en un color audaz una vez que el pegamento se haya secado.
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Nada más simple que esta renovación. Se trata solo de usar la vieja bicicleta que ya le queda chica a nuestros hijos y pintarla completamente con un color llamativo. Luego, en los mismos canastos que trae la bicicleta (o sino agregándole alguno) se colocan macetas con plantas.
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