Cuando llega el calor y empezamos a planear la compra de un aparato de aire acondicionado. Vemos promociones y ofertas variadas pero lo primero que debemos evaluar al comprar un split es cuántas frigorías necesito, algo que tiene que ver con el tamaño del ambiente a refrigerar, las ventanas y otras cuestiones.
Además de las friogrías, al comprar un aire acondicionado lo más acertado es analizar las características técnicas de cada aparato y también las ofertas de cada fabricante. También pensar si nos conviene que sea sólo frío o frío-calor, y los pros y contras de cada uno.
En general, un aire acondicionado split debería durar unos diez años con un correcto mantenimiento y uso. Entonces, lo que hay que hacer antes de tomar la decisión es no guiarnos tanto por el precio sino por la calidad y las necesidades que tenemos.
Para saber qué airé acondicionado necesito, lo que hay que hacer es calcular las frigorías o potencia frigorífica necesarias para absorber el calor del ambiente.
Cuando elegimos un aire acondicionado, es obligatorio entender el concepto de las frigorías. Esta medida es algo así como una kilocaloría negativa: su función es medir la absorción de calor. La potencia indicada de los equipos de aire normalmente la podemos encontrar en frigorías, watios o BTU. Lo que en general encontramos en el mercado son equipos de aire acondicionado de entre 2000 y 6000 frigorías.
Mediante una fórmula matemática, que es bastante simple, se puede saber cuántas frigorías se necesitan para refrigerar un ambiente. Hay que calcular el volumen de la habitación y multiplicarlo por 50 y así sabremos el número de frigorías necesarias.
El cálculo más preciso es obtener las dimensiones del ambiente a climatizar en base a sus metros cúbicos. Tomamos las medidas de alto, ancho y largo de la habitación y las multiplicamos, y luego al resultado lo multiplicamos por 50 frigorías.
Por ejemplo:
Por ende, se necesitarán 2000 frigorías –como mínimo- para refrigerar esa habitación.
Para terminar de comprender por qué es clave saber cuántas frigorías se necesitan para cada ambiente, es importante entender qué es un aire acondicionado y por qué hoy es más que refrigeración. La mayoría de los aparatos hoy permiten regular se múltiples formas la temperatura en un lugar cerrado: podemos calentarlo o enfriarlo y, también, manejar la humedad, la limpieza -renovación o filtrado- y el movimiento del aire.
Además de pensar en todas estas funciones, es importante saber que existen distintos aparatos para aire acondicionado:
El aparato split, que en inglés significa separado, consta de dos unidades separadas: una que se coloca en el interior y es el aparato a través del cual se obtiene la fuente de refrigeración o calor en invierno (y que está compuesta por un evaporador, un ventilador, un filtro de aire y un sistema de control remoto); y, la otra, que es la parte exterior, que tiene un compresor y un condensador. Ambas partes están comunicadas mediante tubos.
Estos equipos requieren perforar la pared para conectar los tubos de la unidad exterior con la interior e instalar un desagüe para la evacuación de los condensados. Esta instalación, que no es sencilla y que en general se paga aparte, debe ser realizada por un entendido: no es algo que podamos hacer de manera casera.
A favor:
Los contras:
Al momento de decidir, es importante saber cuáles son las diferencias entre un climatizador y un aire acondicionado.
Los climatizadores están actualmente en auge gracias a que tienen un bajo consumo de energía y son fáciles de instalar. Pero es importante saber que no siempre son efectivos o satisfactorios si buscamos cambiar fuerte la temperatura de un ambiente.
Es decir, si bien ambos equipos se venden como sistemas de aire acondicionado, el sistema para producir frío es totalmente diferente y los resultados, también.
A diferencia del aire acondicionado, lo que hacen los climatizadores es refrescar el ambiente filtrando el aire a través del agua, reduciendo así su temperatura y produciendo aire frío y húmedo. El equipo de climatización absorbe el aire caliente de la habitación, lo filtra a través de un filtro húmedo y lo convierte en aire fresco, expulsándolo a través de un ventilador.
Por el contrario, lo que hace el aire acondicionado es reducir la humedad del ambiente produciendo aire frío y seco. Es decir, proporciona al ambiente aire con una temperatura controlada, seleccionada por el usuario.
Una de las principales ventajas del climatizador es que reduce casi a la mitad el consumo energético, pero, como dijimos, la eficacia del equipo se limita cuando hay altas temperaturas y mayor humedad.
Los climatizadores no utilizan gases refrigerantes, eliminan la electricidad estática del ambiente y mantienen una humedad relativa muy confortable, pero la desventaja es que, una vez alcanzado el máximo de humedad, el equipo no enfriará más.
El climatizador no será capaz de evaporar más agua ni de enfriar, sufriendo así el riesgo de que el calor sea más agobiante en el interior del ambiente que en el exterior.
Además, un sistema de climatización nos obliga a renovar el aire del ambiente muy a menudo, para evitar que el aire húmedo provoque daños en los muebles y equipos electrónicos, y así conseguir mejor resultados a la hora de enfriar el lugar.
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