Una arquitecta compró un baño público y lo convirtió en su hogar

Después de lidiar con trámites municipales y prohibiciones patrimoniales, una joven arquitecta logró su cometido y transformó un baño público abandonado en su casa.
remodelación baño

Cuando la arquitecta especialista en restauraciones Laura Clark lo vio por primera vez, este lugar estaba en un estado deplorable. Pero supo enseguida que esas largas mesadas arruinadas y los sanitarios abandonados escondían gran potencial.

A continuación, esta mujer graduada de la Escuela de Arte de Glasgow y de la Universidad de Liverpool, puso manos a la obra y comenzó la transformación de un baño público en pleno Liverpool en su casa ideal.

Clark descubrió los baños en 2005. Desde hacía muchos años ese lugar era el espacio donde personas sin hogar y animales callejeros pasaban la noche y los transeúntes arrojaban basura al pasar

Después de completar su carrera, esta joven arquitecta estaba buscando un desafío único. “Para mí, se trata de guardar sitios con una historia interesante, pero que han sido abandonados y olvidados”, comentó en una charla con el periódico al Telegraph.

El proceso del baño-departamento

El baño se construyó en el nexo de tres límites del consejo municipal, por lo que para construir la casa de sus sueños, Clark tuvo que determinar quién era el responsable de los bienes inmuebles. Al descubrir que no estaba disponible para ser desarrollado para uso comercial, decidió transformar el espacio en un departamento de una habitación.

Después de muchas vueltas y asistir a innumerables reuniones para aplacar las dudas del departamento de propiedad patrimonial del Consejo Municipal, la propiedad de los baños fue cuestionada y no estaba claro si ella podría adquirirla y construir. Finalmente, la propiedad se puso oficialmente a la venta, Clark pudo comprar los baños en 2011 y comenzar su trabajo.

Originalmente esos baños habían sido construidos en 1929 y habían estado activos por última vez en la década de 1980. El estudio de Clark, Lamp Architects, lo convirtió en un hogar acogedor y lleno de luz por 75.000 dólares.

La arquitecta trabajó junto a la par de los obreros, colaborando con gran parte de la construcción e incluso convenciendo a sus compañeros de entrenamiento en artes marciales para que ayudaran con la renovación.

Lo que surgió del espacio subterráneo, parecido a una mazmorra, es una casa contemporánea con una sala de estar con estanterías flotantes, una cocina moderna, un dormitorio y un baño. Los azulejos de la cocina fueron recuperados de la estructura original, al igual que un espejo colocado en la sala de estar. No sin sentido del humor, Clark colocó un pequeño póster de salud pública que advierte sobre los peligros de las enfermedades venéreas en la cocina.

La “perla” de esta obra arquitectónica es el dormitorio de colores rojo y dorado con una especie de cama con dosel y un espejo de tamaño completo. Además de la glamorosa habitación, esta casa contemporánea tiene todo lo que uno puede necesitar: incluso un pequeño jardín.

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