Las rutinas hiperagendadas y el estilo de vida del consumo desmedido ha llegado a un punto tal que muchoas personas han comenzado a generar pequeñas reacciones individuales en contra.
Uno de ellas ha sido la de algunos movimientos grupales que proponen replantearse nuestras dinámicas diarias y recuperar la idea de vivir un estilo de vida más simple. Dejar de correr detrás de metas que siempre se van moviendo un poco más allá, horizontes fatuos que nos atraen como las sirenas a los marineros de Ulises.
También han revivido el entusiasmo por los pequeños espacios de todo tipo, un antídoto calmante para el exceso miserable de la era de las Super Mansiones. Más allá de la construcción de pequeñas casas acogedoras y cálidas, hay quienes fueron un poco más osados y comenzaron a trabajar en la renovación de autobuses escolares para convertirlos en elegantes casas sobre ruedas.
Una de las principales ventajas que tiene una casas pequeña armadas en un autobus escolar es que es mucho más barata y también que puede trasladarse
Pero a su vez, esa ventaja de la movilidad se puede traducir en una aventura a largo plazo, un viaje por rutas y caminos, tal como lo hace la pareja estadounidense conformada por Justine y Ryan.
Esta pareja, que tiene sus orígenes en Nueva York y Texas, decidió hace un par de años embarcarse en un proyecto un poco diferente: la renovación de un autobús escolar de 1991 y convertirlo en una reluciente gema de 20 metros cuadrados. Después de dos años de trabajo duro, malabares de trabajo a tiempo completo y renovaciones, la pareja finalmente terminó el proyecto el año pasado y salió a la carretera.
La pareja explica sus motivaciones para este importante cambio de estilo de vida:
“Después de años de sentirnos estancados, trabajar demasiadas horas en trabajos estresantes, y siempre sentir que nos faltaba algo, decidimos hacer cambios. Empezamos a ahorrar dinero, compramos el autobús y lo convertimos, y finalmente dejamos nuestros típicos trabajos “de nueve a cinco”. Nuestras motivaciones son múltiples: desde un deseo de vivir más simplemente, un chance para escapar de la “rueda del hámster” en que se había convertido la vida, hasta un deseo arraigado de salir y ver más de este mundo mientras podemos. Hemos terminado de soñar y estamos listos para actuar.”
El autobús contiene una sala de estar de tamaño generoso, una pequeña cocina, un comedor y un área de trabajo, un baño, un dormitorio y un montón de espacio de almacenamiento. El asiento tiene gavetas escondidas debajo, y todas las estanterías tienen un carril removible que asegura las cosas mientras el autobús está en movimiento.
El autobús está equipado para funcionar con electricidad de la red domiciliaria y también para desconectarse y seguir aún manteniendo los objetos que necesitan corriente eléctrica trabajando gracias a su sistema de paneles solares de 300 vatios y a dos baterías de 6 voltios de ciclo profundo con las que funcionan las luces, la bomba de agua y algunos pequeños ventiladores.
También tiene un inversor de 1500 vatios que permite la carga de dispositivos electrónicos. El autobús utiliza un sistema de agua para contener agua dulce, aguas grises y aguas negras. Hay una unidad de aire acondicionado estándar montada en el techo; Hay también un estante del almacenaje de la azotea para colgar allí sus bicicletas, que utilizan como forma secundaria de transporte cuando están estacionados en ciudad y desean explorar.
Dentro del colectivo, la cocina en particular está diseñada para ser un espacio abierto; la mesa de comedor puede convertirse en un espacio de trabajo y también se puede sacar y ampliar para crear una tabla de cuerpo entero donde puedan sentarse invitados. La pareja cocina con un horno de propano de camping, que dicen que funciona bastante bien y que tienen detectores de monóxido de carbono a bordo y una ventana que puede abrirse al cocinar.
El baño está emparedado entre el frente del autobús y el dormitorio trasero, y tiene una puerta que lo cierra separándolo de los otros ambientes. El dormitorio es espacioso, y tiene debajo de la cama un lugar de almacenamiento y rincones de dormir para el perro de la pareja y dos gatos.
En total, la pareja calcula que gastaron entre 13.000 y 15.000 dólares, de los cuales 5.000 correspondieron a la compra del autobús y su reparación. Es mucho más barato que la mayoría de las pequeñas casas de gama media, aunque por otro lado, los costos de mantenimiento regulares pueden ser un poco mayores que los de una casa pequeña común.
Desde que dejó su trabajo de oficina agotador, Ryan ahora está ganando dinero como programador freelance, y Justine como un fotógrafo independiente. Para seguir sus viajes y ver cómo construyeron su autobús, se puede visitar su sitio We Got Schooled.