Comer una manzana o un durazno con piel es uno de esos pequeños placeres que a muchos les gusta darse al comer. Pero hacer lo mismo con una banana sería imposible. Al menos hasta ahora, porque la empresa japonesa D&T ha desarrollado una nueva especie de bananas con piel comestible. Lo llaman ‘Mongee’, que quiere decir “increíble” en el argot de Okayama, donde ha sido cultivado.
Estos productores de fruta en Okayama, Japón, han conseguido al desarrollar una especie de esta fruta tropical con una piel mucho más fina y con un sabor menos amargo que el de una normal, aprovechando al 100% esta fruta.
El extraño método de producción se llama “despertar y descongelar la congelación”, y da como resultado una banana con una cáscara perfectamente comestible e incluso deliciosa. La fruta ahora está disponible en lotes extremadamente pequeños de 10 bananos que se venden todas las semanas en un establecimiento minorista regional japonés llamado Tenmanya Okayama.
Sabor y salud
Quienes han probado este nuevo fruto, aseguran que su pulpa blanca es mucho más dulce y tropical, casi como el anana, esto debido a que contiene más azúcar: 24,8 gramos, frente a la media de 18,3 gramos.
Respecto a su piel comestible, por sí sola no es precisamente sabrosa, pues continúa teniendo un sabor ligeramente amargo. Pero, al combinarse con lo dulce de su pulpa, el sabor es bastante agradable, además, al ser más fina, puede comerse fácilmente.
Esto resulta también benéfico para la salud, pues contiene vitamina B6 y magnesio relacionado con la síntesis de serotonina, así como una sustancia llamada “triptófano”, una materia prima de serotonina, además de un efecto inhibitorio sobre la hipertrofia prostática.
Como lo es en muchos países, el plátano es la fruta más popular en Japón. Y como la mayoría de los demás países, Japón importa la gran mayoría de los plátanos que consume, el 99 por ciento para ser exactos.
El plátano de Mongee podría ser una forma de ayudar a crecer ese 1 por ciento doméstico del mercado D&T Farms, con sede en la prefectura sureña de Okayama, quienes cuentan en su sitio web que cultiva sus bananos sin pesticidas.