Las hamburguesas nos encantan a todos y se pueden comer de mil maneras distintas. Son la comida favorita de muchos y no distingue edades ni circunstancias: siempre es buen momento para comerlas. Sin embargo, llega un momento que nos resulta aburrido comerlas siempre de carne. Por eso las hamburguesas de lentejas y avena pueden ser la mejor alternativa para cambiar la dieta y además incorporar nutrientes que el organismo necesita.
Es importante destacar que la avena y las lentejas son comidas que no comemos con tanta frecuencia pero que aportan enormes cantidades de hierro, zinc, calcio, fibra y otras vitaminas y minerales que son muy beneficiosas para la salud.
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También son ideales para quienes optan por dietas que no incluyen ningún tipo de carne, por lo que se vuelven una opción genial para veganos y vegetarianos.
Te contamos cómo hacerlas de manera fácil y deliciosa para que sorprendas.
Lo primero que tenés que hacer es cocinar las lentejas y dejarlas enfriar. Después lavá y pelá la zanahoria, la cebolla y el ají. Agregá todo en una sartén con unas gotitas de aceite de oliva para que se rehogue. Una vez cocinado, retirá del fuego y dejá enfriar.
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Luego, mezclar las lentejas con la avena. Agregarle el ajo que tiene que estar previamente picado, la cebolla, el ají, la zanahoria, el queso rallado, el ají y mezclar todo de manera que quede integrado, formando una masa homogénea entre todos los ingredientes. En este punto condimentá bien a gusto y salpimentá como prefieras.
Formá bolitas, primero ayudáte con los dedos y la palma de la mano, y luego aplastálos hasta que te quede la forma de una hamburguesa. Una vez realizado esto, en un recipiente colocá el pan rallado y colocálas dentro hasta que estén bien empanadas.
Si comés huevo y querés que te queden aún más sabrosas, podes rebozarlas con huevo revuelto condimentado antes del pan rallado. Eso le va a dar más sabor y al momento de cocinarlas van a quedar bien crocantes. Otra opción es empanarlas con harina.
Para su cocción hay dos opciones: la primera es que calientes una sartén con un unas cucharaditas de aceite de oliva y las cocines por ambos lados. O que las cocines en el horno, también con unas gotitas de aceite así no se pegan.
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Una vez que se hayan terminado de cocinar, podés comerlas en sandwich o al plato. Sea la forma que elijas, te recomendamos que las acompañes de la ensalada que más que guste y las comas calentitas.
También podés agregarle unas fetas de queso por encima para darle más cuerpo.
Consejo: una buena opción es hacer más cantidad y freezarlas. De esta manera, siempre que quieras comer te ahorrás el preparado y sólo tenés que cocinarlas. Ideal para cuando estamos cansados y llegamos tarde a casa.
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