En la selva de la región amazónica de Ecuador, en el noreste del país, inmerso en una exuberante vegetación, propia de los climas húmedos tropicales se encuentra Mashpi Lodge, un proyecto turístico que se desarrolla en medio del bosque nublado del noroccidente del Distrito Metropolitano de Quito.
Es que en este lugar la naturaleza se encuentra con el lujo a través de un impresionante edificio de acero y vidrio en los bosques nublados del Chocó ecuatoriano, uno de los puntos calientes de la biodiversidad del planeta.
Pero más allá de la estructura de este hotel, cuya construcción costó US$10 millones, se trata de un proyecto que busca fomentar el turismo ecológico, trabajar con las comunidades locales y minimizar el impacto de la actividad humana en el medio ambiente.
Con ventanas de pared a pared de piso a techo, nada compite con la naturaleza aquí. Uno puede ver a un mono aullador mientras se sumerge en el jacuzzi interior, o despertar bajo un manto de nubes.
Aunque sólo a tres horas del centro de Quito, Mashpi es un verdadero refugio en el desierto. Sus 22 habitaciones son sencillas, elegantes y espaciosas, y el comedor tiene dos pisos, para que los huéspedes puedan ver la vida jugando en los árboles mientras cenan en una cocina de clase mundial que incorpora los frutos de la selva.
Antes de que se construyera esta iniciativa, este terreno era propiedad de una maderera. A pesar de la elevada diversidad de árboles en la zona, la maderera quebró al no encontrar maderas rentables para su negocio y esto le permitió a Roque Sevilla, exalcalde de Quito y empresario hotelero, adquirir el terreno y dar rienda a su proyecto.
“Cuando compré el terreno, aún no tenía idea de hacer un negocio aquí. Lo hice para proteger esta zona”, reconoció Sevilla en una entrevista. Hoy, Mashpi ofrece una experiencia cercana de algunos de los bosques más prístinos del mundo con la ayuda de un equipo de naturalistas y científicos. No sólo llevan caminatas y dan charlas, sino que participan en estudios continuos de la fauna local en el centro de investigación del hotel.
La reserva tiene una superficie de 1.200 hectáreas. Sevilla está orgulloso de lo que ha logrado construir y que su proyecto ha permitido resguardar uno de los hábitats más diversos del mundo: Ecuador alberga cerca del 10% de todas las plantas del planeta.
El hotel alberga a huéspedes de todas las edades y ofrece excursiones guiadas para satisfacer muchos y diversos intereses y todos los niveles de actividad, desde caminatas guiadas por la naturaleza hasta la innovadora Sky Bike. Los huéspedes se ponen botas y salen a hacer excursiones de exploración durante el día, y luego regresan por la noche a un entorno relajante y sofisticado, rodeado pero alejado de la vida de la selva.
Para aquellos que se quedan en este museo de historia natural inversa, donde la exposición de la vida real en el exterior está eternamente expuesta a través de paredes de vidrio, la experiencia del bosque es incomparable.
Observar a las mariposas raras y aprender sobre las especies endémicas del bosque durante las conversaciones de los investigadores en el Centro de Vida, disfrutar de un excelente café en la terraza viendo como la niebla de la mañana se levanta y rodeado de aves como un naturalista, refrescarse con un chapuzón en las piscinas naturales de una cascada cercana, degustar una cocción tropical restaurativa en el bar mientras se contempla el inmenso bosque son algunas de las experiencia únicas que se pueden vivir en este lugar.