Una foto conmovió a todo el país. En la imagen, el niño recibe un diploma y no puede ni siquiera levantar la vista por la emoción. Su abuelo, muy humilde, acompaña con el mismo gesto. Detrás de esas lágrimas, se puede imaginar el esfuerzo que les llevó llegar a esa instancia donde el chico, además de recibirse, fue abanderado. El maestro los mira cómplice, se nota que él también sabe del sacrificio.
Hasta hace un rato, no tenía más datos que una foto y mil sensaciones. Un colega me pasó el dato: parece que son de Chaco, de Pampa del Indio. Recordé que Daniel, nuestro Daniel Chupete Diaz (referente de uno de los comedores en los que trabajo como voluntaria todo el año) estaba en Chaco con su familia de vacaciones. También llevaban varias cosas que juntamos para una escuelita en Miraflores que ayudamos cada vez que podemos. Le envío la foto: “Dani, no sé si estás cerca pero podríamos ayudar a esta familia. Si estás lejos no gastes en nafta, ya los ubicaremos y les mandamos encomienda”. Cinco minutos después, el audio: “Pao estamos a 120 kilómetros pero ya estamos saliendo para allá, los encontramos y te llamo”.
A Daniel no le sobra nada material, por el contrario, pero tiene lo más valioso: siempre está firme cuando se lo necesita. La maquinaria estaba en marcha. Un par de horas después, la primera foto: nuestra bandera frente al colegio del chico. Al rato, me derrumbaba de amor.
La historia detrás de la foto
Efraín tiene 11 años y una hermanita de 9, que se llama Celeste. Su madre los abandonó cuando eran muy pequeños entonces quedaron al cuidado de sus abuelos
También viven con Paula, la tía de los nenes, una chica discapacitada de 24 años que tiene un bebé de 8 meses. Ellos pertenecen a la comunidad toba y, pese a que sufren muchísimas necesidades, para los abuelos es fundamental que los dos chicos puedan estudiar para “el día de mañana poder tener un trabajito”.
Efraín y Celeste van a la escuela 239, a 6 kilómetros de su casa. Un día cayó una donación al colegio y repartieron bicicletas, los abuelos decidieron que se la quede la nena, Efraín camina. No faltó ni un solo día, tiene muy buenas notas, es buen compañero y fue abanderado.
El mismo trayecto tendrá que caminar para arrancar la secundaria en unos meses. No va a abandonar, pese a que tiene todo en contra. Hace varios años el abuelo pidió ayuda para terminar una piecita, nunca tuvo respuestas.
¿Qué necesitan? Le pregunta Dani (que en unas horas se recibió de cronista) al abuelo Ángel. No sabrían ni por dónde empezar a pedir. Por supuesto que no nos vamos a quedar en la foto, ni en cosechar likes en las redes sociales. No son los únicos del Paraje con necesidades, entonces como primera instancia necesitamos un transporte que se cope con la movida. En base a eso, armamos el resto.
Vayan juntando ropa, útiles, guardapolvos, mochilas, calzados, alimentos no perecederos… Ojalá que además de robarse la foto y la historia, los medios ayuden a que alguien de la gobernación de Chaco se acerque, los ayude con los materiales para mejorar su casa, les donen camas, colchones y una bicicleta así no es tan difícil el día a día de Efraín. Si no, lo haremos nosotros, que ya pusimos en marcha la maquinaria, ¿quién nos para?
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