Aliviar el estrés: cuándo y cómo decir que no

Muchas veces es más fácil decir que sí, pero... ¿A qué precio? Aquí te explicamos cuándo negarte puede ser una opción sana para vos y tu entorno.

sindrome del quemado
Foto: Bigstock

Es poca la probabilidad de que las exigencias importantes disminuyan y como no es posible añadir más horas al día, entonces, ¿estás condenado a vivir abrumado por las responsabilidades? La respuesta es «no», siempre y cuando estés dispuesto a negarte a algo. Si bien no es lo más fácil, es el camino hacia vivir con menos estrés.

Tené en cuenta que sentirse abrumado es un asunto personal. El solo hecho de que un compañero de labores pueda arreglárselas con 10 comités a la vez y dar la impresión de que es muy fácil no significa que vos también debas hacerlo. Solo uno puedes saber cuánto es demasiado para uno mismo.

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Un grupo de especialistas en estos temas pertenecientes a Mayo Clinic, la organización sin fines de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación elaboraron una serie de recomendaciones que nos ayudan a poder negarnos y preservar nuestra salud.

Ellos recomiendan que consideremos lo siguiente para negarnos a algo:

  • Negarte no necesariamente es un acto egoísta. Cuando te negás a comprometer con algo más, estás respetando tus obligaciones existentes y asegurándote que podrás dedicarles el tiempo que merecen.
  • Decir que no puede permitirte probar cosas nuevas. El simple hecho de que siempre hayas ayudado a planificar los torneos de fútbol de la empresa no significa que tengas que hacerlo siempre. Negarte a hacerlo te da el tiempo que puedes dedicar a otros intereses.
  • Aceptar no siempre es saludable. Cuando te sobrecargas de responsabilidades y estás bajo mucho estrés, sos más propenso a sentirte agotado y a enfermar.
  • Decir que sí puede dejar de lado a otras personas. Cuando te negás, en cambio, das lugar a que otros intervengan. Puedes también delegar a alguien para que se ocupe del asunto y aunque no haga las cosas como las harías vos, eso no es problema porque cada persona hace las cosas a su manera.

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Cuándo negarte

A veces, es difícil determinar qué merece tu tiempo y atención. Aplicá estas estrategias que nos acercan especialista de Mayo Clinic para evaluar las obligaciones, y las oportunidades, que se te presentan.

  • Concentrate en lo más importante. Examiná tus obligaciones y prioridades, antes de asumir ningún compromiso nuevo. Preguntate si el nuevo compromiso es importante para vos. Si es algo sobre lo que estás seguro, hacelo sin dudar; pero si no lo estás, negate a hacerlo.
  • Sopesá la proporción entre aceptar algo y el estrés de hacerlo. La nueva actividad que estás considerando ¿requiere un compromiso a corto o a largo plazo? Por ejemplo, hornear galletitas para la feria de la escuela te llevará mucho menos tiempo que estar a cargo del comité para recaudar fondos. No aceptes si eso significa meses de estrés para vos y, en su lugar, encontrá otra forma de involucrarte.
  • Retirá la culpabilidad de la ecuación. No aceptes algo que rechazarías si no te sintieses culpable u obligado a hacerlo. Aceptarlo podría provocarte más estrés y resentimiento.
  • Consultalo con la almohada. ¿Te tienta la invitación de un amigo para ofrecerte como voluntario en tu antigua universidad o para unirte a un grupo de encuentros semanal? Antes de responder, tomate un día para pensar en la propuesta y en cómo podría adaptarse a tus compromisos actuales. Si no hay tiempo para consultarlo con la almohada, al menos tomate un minuto para pensarlo antes de responder.

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Cómo negarte

El comunicado de Mayo Clinic es contundente a este respecto: “Solo tienes que decir «no». ¿Ves cuán sencillo es decir esta palabra tan corta que te libera de las cosas que no valen la pena para ti? Obviamente, habrá ocasiones en las que no será tan fácil hacerlo”

A continuación mencionan algunas cosas que puedes tener presente cuando necesites negarte a algo:

  • Decí que no. La palabra «no» es potente y no tengas miedo de usarla. Tené cuidado de no recurrir a frases sustitutas débiles, como «no estoy seguro» o «no creo que pueda», porque pueden interpretarse como que podrías aceptar más adelante.
  • Sé breve. Expresá el motivo por el que rechazas el pedido, pero no sigas hablando de ello. Evita las justificaciones o explicaciones elaboradas.
  • Sé honesto. No inventes motivos para evitar una obligación. La verdad siempre es la mejor manera de negarse a hacer algo para un amigo, un familiar o un compañero de trabajo.
  • Sé respetuoso. Hasta tu puerta pueden llegar muchas causas buenas y quizás sea difícil negarse a ellas. Elogiar el esfuerzo del grupo y al mismo tiempo negarte a comprometer demuestra que respetas lo que intentan alcanzar.
  • Prepárate para repetir. Probablemente debas negarte varias veces, antes de que la otra persona acepte tu respuesta. Cuando ocurra esto, simplemente presioná el botón de repetición y con calma repetí tu negativa; en caso necesario, repetí el motivo para negarte.

Negarte no será fácil si estás acostumbrado a aceptar siempre. Sin embargo, aprender a decir que no es importante para simplificar tu vida y controlar el estrés. Además, con la práctica, descubrirás que negarte a algo se vuelve más fácil.

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