La vida se extiende y la cantidad de casos de cáncer aumenta. Se cura más, se sobrevive más, pero su prevalencia crece porque vivimos más y es, en general, una enfermedad de gente grande. En ese marco, se multiplican las investigaciones para arrinconar la enfermedad, para curarla o para volverla crónica. Y a diario tenemos, felizmente, noticias sobre el tema. Ahora, una nueva investigación llevada a cabo por investigadores de la Universidad de Salford, en Manchester (Reino Unido), descubrió un importante impacto de la vitamina C natural sobre el crecimiento de las células cancerosas.
Los expertos analizaron la efectividad de tres sustancias naturales (ácido cafeicofenílico (CAPE), silibinina y ácido ascórbico vitamina C), tres fármacos experimentales (actinonina, FK866 y 2-DG) y un fármaco clínico (estiripentol) para detener el crecimiento de estas células madre cancerosas.
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La investigación, publicada en la revista Oncotarget, se centró en los procesos bioenergéticos de las células madre cancerosas, que permiten a las células vivir y multiplicarse. El estudio pretendía interrumpir el metabolismo de estas células y, en última instancia, impedir su crecimiento.
De todas las sustancias probadas, el equipo descubrió que la actinonina y FK866 fueron las más efectivas. Sin embargo, los productos naturales impedían la formación de las células madre cancerosas y, sobre todo, la vitamina C, era 10 veces más eficaz que el fármaco experimental 2-DG.