Ictus o infarto cerebral: los signos de alerta que salvan tu vida

Si reaccionás rápido ante determinadas señales, las chances de sobrevivir y evitar lesiones serias se multiplican.

Casi un tercio de pacientes de ictus o infarto cerebral podría salvar su vida o librarse de una grave discapacidad, si fueran atendidos rápidamente en las unidades específicas de esta enfermedad neurológica. Acudir lo antes posible a un hospital es fundamental. En ictus, tiempo es cerebro, afirma el Dr. José Álvarez Sabin, neurólogo.

Los síntomas de un ictus se caracterizan por una brusca alteración neurológica que se manifiesta a través de déficit de fuerza motora, pérdida de sensibilidad y de visión, visión doble, sensación de vértigo, entre otros

La probabilidad de poder tratar con rapidez a las personas con ictus favorece la mayor recuperación del paciente. Ante este cuadro, debe acudirse rápidamente a una unidad médica especializada, porque para que se produzcan lesiones irreversibles en el cerebro deben pasar varias horas.

Los estudios demuestran que los afectados de infarto cerebral que han sido tratados por un neurólogo presentan menor mortalidad, discapacidad y recurrencia de nuevos episodios.

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Controlar los factores de riesgo

En la inmensa mayoría de casos no se trata de enfermedades hereditarias, aunque sí que es cierto, que hay determinadas personas que tienen una mayor predisposición a sufrir un ictus que otras.

Los factores de riesgo a los que hay que prestar atención son la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol elevado, algunas alimentaciones que favorecen el mayor riesgo de sufrir una trombosis y el sedentarismo, advierte el especialista. Es importante llevar a cabo una actividad física frecuente para tener menor riesgo de sufrir enfermedades en general, entre ellas el ictus.

La persona que una vez ha padecido uno tiene más posibilidades de presentar otro. Las posibilidades de sobrevivir a un ictus disminuyen cada vez que se tiene uno. Gran parte del éxito en la reducción de las secuelas y descenso de la mortalidad por ictus reside en los avances del tratamiento y la prevención.

Prevenir las secuelas

El ictus es una enfermedad muy frecuente ya que una de cada seis personas sufrirá uno al largo de su vida. Por tanto, es una de las enfermedades más frecuentes que hay. Por suerte, y gracias al mayor conocimiento de la población, cada vez se conocen a más personas que han sufrido uno en su vida. En un 10-15% de los casos las personas fallecen, en un 45% las personas se recuperan del todo y en el 50% de los casos los pacientes quedan con secuelas.

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En las primeras horas se pueden practicar técnicas para salvaguardar la salud e incluso actuar con intervenciones por vía intraarterial y por catéter, para hacer la trombolisis con dispositivos para extraer el trombo de la arteria y permitir la recanalización.

Gracias a estas técnicas se puede controlar el ictus y revertir la tendencia de que un ataque cerebral no sea reversible. Con ello se ha reducido tanto la mortalidad como la invalidez que generaba.

La información proporcionada ha sido planteada para apoyar, no reemplazar, la relación directa que existe los pacientes/visitantes de este sitio web y su médico. Si tiene problemas de salud, consulte a su médico.

¿Qué es un ictus?

El ictus es una interrupción repentina del flujo sanguíneo al cerebro. Es una palabra que antes englobaba palabras como embolia, infarto, derrame, etc. Es una interrupción repentina del flujo sanguíneo al cerebro. Que no llegue la sangre al cerebro puede ser provocado por dos razones: la más frecuente es porque se obstruya una arteria, que es cuando se produce un infarto (un 80% de los ictus); y la segunda razón es porque esta arteria se rompa y se produzca una hemorragia en el cerebro (un 20% de los ictus).

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Cómo detectar los primeros síntomas del ictus

Los síntomas más frecuentes los englobamos en un acrónimo que es RAPID (FAST): R, de risa (los afectados cuando intentan reír muestran una desviación de la boca); A, de levantar el brazo (suele manifestarse con una parálisis de media parte del cuerpo); P de habla (los enfermos no pueden hablar o no entienden lo que les decimos); I de ICTUS; y la D de depresivo (debemos actuar rápidamente hacia el hospital). Los síntomas son los mismos para un tipo de ictus que para otro. Se pueden dar por separado, pero cuando es un ictus grave los síntomas van todos juntos.

Factores de riesgo del ictus

Los principales riesgos del ictus son la hipertensión, la diabetes, la obesidad, la hipercolesterolomia, el sedentarismo y la fibrilación auricular.

El principal riesgo es la hipertensión (es extremadamente importante controlar la presión arterial); seguido por la diabetes, la obesidad, la hipercolesterolomia, el sedentarismo, y otro, cada vez más importante, es la fibrilación auricular (una arritmia), que es cuando el corazón en lugar de contraerse, tiembla, y se pueden formar coágulos que pueden taponar una de las arterias cerebrales. A este factor cada vez se le está dando más importancia porque va ligado a la edad; por encima de los 80 años hay un porcentaje alto que lo pueden tener. Como las personas cada vez vivimos más años, está aumentado. Y es esta una de las razones por la que la incidencia del ictus no disminuye sino que aumenta. Aunque hay que estar alerta también si eres más joven, y no hay que bajar la guardia, porque el 5% de los que sufren ictus tiene menos de 50 años.

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