Es un mal de los tiempos. El avance de la mujer en el mundo público y laboral tiene muchas aristas positivas. Pero también un alto costo, porque estas conquistas se produjeron, en general, sin aliviar los roles domésticos y familiares que el género femenino tiene históricamente en su espalda. Por eso, ya se habla del Síndrome de la Mujer Acelerada, un trastorno vinculado a la ansiedad y el exceso de obligaciones. Según la doctora Libby Weaver, "se caracteriza por querer tener el control de todo y a la perfección", algo que dispara el estrés psicoemocional y que puede tener graves consecuencias en la salud.
La especialista explica que el frenético estilo de vida de hoy en día y la gran cantidad de tareas que las mujeres quieren realizar están teniendo serias consecuencias en la salud. "La explicación biológica de este síndrome es que cuando uno está estresado el cuerpo piensa que está siendo atacado, por lo que entra en modo tipo piloto automático", dice.
El punto es que el cuerpo genera adrenalina, lo que tiene como consecuencia que se incremente la presión arterial para generar un estado de ‘alerta permanente’.
Subestimar las consecuencias del estrés crónico puede provocar a mediano y largo plazo daños como depresión, ansiedad, disminución de deseo sexual, alteración del sueño, períodos menstruales irregulares y aumento de peso.
Los signos de alerta que debemos tener en cuenta son:
• Querer controlar todo
• Dormir mal
• Despertarse constantemente en la noche
• Sentir ansiedad permanente
• Estar fatigada
• Tener adicción al café o en ocasiones al alcohol
• Incapacidad para pedir ayuda o relajarse
• Comer fuera de las horas habituales y hacerlo sin masticar
• Estar bajo estrés constante
Es fundamental tratar de tomarse las cosas con más calma y dedicar un espacio a los tiempos personales. No postergar los controles médicos y hacer actividad física.
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