Síndrome del Corazón Roto: cuando el estrés lastima el músculo cardíaco

Presenta síntomas similares a los de un infarto agudo de miocardio, pero con la salvedad de que no afecta a las arterias coronarias.

"Síndrome del Corazón Roto" o Cardiomiopatía de Tako-Tsubo es una miocardiopatía por estrés, descrita por primera vez en Japón en el año 1990. Presenta síntomas similares a los de un infarto agudo de miocardio, como ser el angor (dolor de pecho opresivo) y la disnea (falta de aire), pero con la salvedad de que no afecta a las arterias coronarias, como sí lo hace el infarto.

El trastorno se debe a un incremento exagerado de catecolaminas como la adrenalina, conocida habitualmente como la hormona del estrés. El músculo cardíaco se resiente y debilita hasta el punto de adoptar una forma cónica y alterar su función.

Con un incremento exagerado de adrenalina, el músculo cardíaco puede resentirse y debilitarse al punto de adoptar una forma cónica y alterar su función

Básicamente, la adrenalina produce en nuestro cuerpo dilatación de las pupilas, aumento de la frecuencia respiratoria y cardiaca, estrechamiento de los vasos periféricos, sudoración y aumento de la presión arterial. El problema es que dosis elevadas de esta sustancia pareciera provocar un daño transitorio al corazón.

Dicho síndrome perturba en un 90% a mujeres post-menopáusicas y la edad de presentación va desde los 55 a los 75 años. Como factor de riesgo asociado, se ha identificado la hipertensión arterial en un 50% de los casos. La razón del predominio en mujeres es desconocida, aunque algunos expertos atribuyen que las damas, luego de estar protegidas por los beneficios de los estrógenos, se tornan más vulnerables a los efectos del estrés.

Respecto al tratamiento, no existe mucha información de su utilidad y eficacia. Los fármacos que habitualmente se utilizan son betabloqueantes, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina y diuréticos. La mayoría de las personas permanecen en el hospital mientras se recuperan.

Afortunadamente, los pacientes que lo sufren tienen buena evolución debido a que los trastornos o alteraciones de la motilidad ventricular son reversibles, por lo que se logra una recuperación completa en pocas semanas.

No existen medidas preventivas específicas para tal síndrome. En caso de haberlo padecido es conveniente un seguimiento cardiológico y evitar situaciones estresantes, dentro de lo posible. Generalmente no suele ser algo que podamos prever con facilidad ya que son episodios súbitos de estrés.

Fuente: Doctor Carlos Reguera, coordinador de Cardiología y Medicina Preventiva en INEBA.

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