Las nuevas señales de tránsito de Buenos Aires que no todos saben interpretar

Actualizado: 21 de mayo de 2020

El gobierno de la Ciudad suma cada vez más colores e indicaciones al paisaje urbano, pero no son pocos los que se pierden en medio de tantos cambios: formas irregulares, círculos en las esquinas, islas amarillas a mitad de la calle, luces en las veredas.

Entre las últimas incorporaciones estuvieron los cruces peatonales amarillos y blancos en cercanías del Parque Rivadavia, Caballito. Varios de los que pasan a diario por la zona, no supieron decir para qué eran.

Las sendas peatonales amarillas y blancas delimitan los "Senderos escolares"

Según informaron desde el gobierno porteño, a ellas se sumaron además en esos lugares agentes de Prevención, de Control de Tránsito y Transporte, efectivos de la Policía de la Ciudad y guardianes escolares.

Las sendas, que además están en perspectiva para llamar la atención de los conductores, son parte de los "caminos seguros" alrededor de establecimientos educativos

Enmarcan los trayectos entre las escuelas y los domicilios de los alumnos o entre las escuelas y las paradas de colectivos.

Otras de las últimas incorporaciones fueron los estacionamientos para motos. Estamos acostumbrados a ver autos estacionados en la calle y a las motos en la vereda, algo que intentan combatir los nuevos espacios.

Se encuentran mayoritariamente en la zona de Microcentro y actualmente son 26 los sectores incorporados que, junto a los que están en la vereda, cuentan con lugar para 850 motos. La intervención fue comprendida e incorporada por los motociclistas que no dudan en estacionarse ahí en las cuadras en que existe el espacio.

Los conductores todavía no incorporan las intervenciones amarillas destinadas a marcar los espacios para peatones, sobre las que es común ver autos en infracción. Aunque no queda claro si ellos saben que lo están.

Desde la Secretaría de Transporte de la Ciudad explican que entre los objetivos que componen el nuevo Plan de Seguridad Vial, está el de darle "escala humana" a una ciudad en la que viven unas 3 millones de personas y a la que por día entran otras 3 millones.

No queda claro cómo es el proceso que lleva a que peatones y conductores comprendan las novedades que van apareciendo

Una de las novedades que más cambió el paisaje fueron los elementos del traffic calming, que consisten en el diseño y la incorporación de recursos (estrechamientos de calzada, rotondas, macetas, pequeños desvíos, isletas, etc.) destinados a bajar la velocidad de los vehículos.

Con el objetivo de reducir el radio de giro de vehículos en esquinas peligrosas y evitar el estacionamiento indebido en las ochavas, actualmente se están interviniendo 52 intersecciones de Almagro y Caballito.

Cada una contará con pintura color arena, delineadores, tachas y mobiliario urbano, macetas y bicicleteros.

Es sabido que no se puede estacionar sobre una parada de colectivos, aunque no queda tan claro a cuántos metros de ahí se puede dejar el auto.

"Mediante la demarcación horizontal de cajones amarillos con pintura se está intentando reforzar la prioridad del transporte público", responden desde Transporte. Cada una de estas delimitaciones cuenta con la identificación del número de la línea que debe detenerse y ya son 261 los dispuestos en diferentes avenidas y calles de la Ciudad.

Pero no son los únicos "cajones" que existen. Los cajones azules son espacios exclusivos para carga y descarga que se concentran mayoritariamente en ejes comerciales, entornos de Metrobus y zona de Micro y Macrocentro.

Quizás la iniciativa pensada para los tiempos que corren son los semáforos en el piso. Son tiempos en los que no sólo hay que cuidarse de los conductores que miran el celular mientras manejan, sino también de los peatones que lo hacen mientras cruzan la calle.

Parecen el colmo de la dependencia al celular, pero el problema es una realidad y no sería descabellado pensar que podrían salvarle la vida a alguien.

En la intersección de Avenida del Libertador y Ramos Mejía, en Retiro, se instaló el sistema, que está sincronizado con el semáforo convencional: titila cuando la luz está por cambiar y pasa de rojo a verde y viceversa para habilitar el paso o indicar detención.

En la ciudad hay varias esquinas en las que acaban confluyendo tres o cuatro calles. En esos casos, tener un tránsito ordenado es un desafío. Esto ocurre en varias esquinas de la Capital, y se puso en marcha un plan que consiste en la demarcación de rotondas con las que se buscará orientar el tráfico para evitar accidentes vehiculares y mitigar la odisea cotidiana de los peatones.

Los usos y costumbres cambian y la ciudad con ellos. En medio de la vorágine, de las nuevas formas que van apareciendo, conductores y peatones intentan adaptarse al nuevo mapa urbano que cada tanto les hace preguntarse "¿Qué es esto?" a mitad de una avenida.

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