La Ruta de Sissi: sigue las huellas de la legendaria emperatriz

En su vida cada día era distinto al otro. Podemos entrever esa variedad a través de la ruta de Sissi. Un recorrido en el que descubrirás mágicos lugares.

Actualizado: 31 de octubre de 2022

Isabel de Baviera, habitualmente conocida simplemente como Sissi Emperatriz, nunca encontró su sitio en la rígida corte de Viena. Pese a su belleza legendaria, vivió presa de la melancolía hasta su trágica muerte y huyo de Viena cada vez que pudo. Sigamos la ruta de Sissi descubriendo lugares de ensueño.

La Ruta de Sissi

Hoy podemos recorrer juntos los caminos de Sisi, una ruta de más de 2000 km que atravieza distintos lugares de Europa y que conduce a modo de guía histórica y biográfica por importantes estancias en la vida de la Emperatriz de Austria y Reina de Hungría.

En su vida, cada día era distinto al otro. Podemos entrever esa variedad a través de esta ruta

La imperial ruta de ensueño parte de las tierras de Wittelsbach, de Augsburgo hasta Füssen, pasando por Austria hasta Budapest; discurre por Italia, Grecia y Suiza.

La magia de un cuento de hadas en medio de una naturaleza salvaje y romántica, con fastuosas residencias aristocráticas

Palacio de Unterwittelsbach

Comencemos el recorrido por su ciudad natal, Munich. La capital de Baviera la vió nacer en la Nochebuena del año 1837. La afición de su padre Max de Baviera a la caza y la monta, les hacía pasar largas temporadas en el Palacio de Unterwittelsbach, a unos 300 kms. de Augsburgo, una soberbia mansión rodeada de bosques y agua.

Era la residencia de verano de su familia, con frondosos bosques y bonitos senderos, a ella le gustaba montar a caballo, dar largos paseos, nadar leer y hasta le gustaba pescar.

Bad Ischl

Nos trasladamos ahora a Bad Ischl el lugar donde Sisi conoció a Francisco José I y que en la actualidad es una ciudad balneario situada en Austria. Es un importante centro turístico y de recreo.

Palacio Schonbrünn

Llegamos a Viena , más concretamente el Palacio Schonbrünn, conocido como el Versalles vienés. Fue la emperatriz María Teresa quien convirtió el palacio, en una residencia de verano.

El interior es un auténtico tesoro, no sólo arquitectónico, sino por todo el esplendor y lujo que rebosa en su interior. El salón más maravilloso es la Galería Grande, donde se reunían grandes políticos mundiales.

En cada una de las múltiples estancias que dispone el palacio han quedado impregnadas de cada uno de los monarcas que moraban en ellas.

Castillo de Neuschwanstein

El rey Luis II de Baviera, conocido como el "rey loco", escogió el lugar para el castillo por su carácter solitario.

Luis inició una relación de amistad con su prima Isabel de Baviera, más conocida como Sissi quien lo visitaba cuando huía de Viena. Sissi veraneó durante 35 años en un hotel que estaba cerca y desde ahí partía a reunirse con su primo en una pequeña isla en el centro del lago.

Las pinturas del castillo están llenas de cisnes y megalitos, todo en colores vivos y con mucho oro. Luis II amaba el éxtasis desbordado, el despliegue de esplendor.

Las salas tienen cada una un estilo diferente: una es románica, la siguiente bizantina, la tercera gótica y la cuarta renacentista. De esta manera, Neuschwanstein también ofrece al visitante un rápido recorrido por la historia del arte.

Castillo de Neuschwanstein

Cada año, el castillo de Neuschwanstein recibe la visita de 1.5 millones de turistas. Neuschwanstein simboliza a Alemania como las pirámides a Egipto.

Se puede llegar tomando en Múnich un tren a la pequeña ciudad bávara de Füssen. Después, hay que tomar un autobús que serpentea un buen rato por los Alpes Anteriores. El último tramo, cuesta arriba, lo tiene que recorrer el visitante a pie o pagar el servicio de un carruaje.

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