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Aclarar el tono del cabello y lograr un tono natural no es fácil. Si bien la tintura es la primera opción de la mayoría, no todas las mujeres y hombres están dispuestos a someterse a un cambio tan radical. Para quienes prefieren algo más suave, existen otras alternativas. Te contamos qué es un baño de luz y cómo hacer esta iluminación casera, sin necesidad de pasar por la peluquería.
El baño de luz es una técnica de coloración que tiene como objetivo agregar color o brillo a tu tono natural. Se trata de un tinte ácido que hace que el cabello quede con mucha más suavidad.
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Su mayor ventaja es que es un método más sano para el cabello, ya que casi no utiliza aditivos químicos. Usa un tipo de oxidante de volúmenes bajos que protege al cabello de daños innecesarios.
Esta técnica es muy útil para quienes quieren darle un poco de vida al pelo entre color y color. Aunque debemos considerar que no aclara el color natural o el teñido, sí matiza a la misma altura el tono de la coloración existente (sea natural o no).
Te contamos algunas características del baño de luz que es bueno conocer antes de avanzar:
No hace falta pasar por la peluquería para hacernos un baño de luz. Con los productos de coloración adecuada podemos lograrlo sin gastar demasiado.
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Repasamos paso a paso cómo hacerlo.
Qué necesitamos:
Paso a paso:
Si queremos lograr un aclarado más definitivo, el baño de luz puede no ser suficiente y deberíamos buscar otros métodos de coloración con efectos naturales.
Esta técnica aclara dos o tres tonos más que la base. Se logra aplicando la coloración a mechones finos para conseguir un efecto natural. Se hace con la gorra, ya que permite sacar poca cantidad de pelo y dar brillo de forma homogénea.
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El resultado final genera una coloración uniforme pero suave y natural. Por eso es que la iluminación resulta tan atractiva. Si queremos mantener el look debemos hacerlo cada dos o tres meses.
La técnica de transparencias es nueva y menos natural que el baño de luz o las iluminaciones. Se hace en distintas capas, tomando tanto mechas anchas como finas y se aclara la mayor parte del pelo sin tocar la parte superior.
El efecto no es natural, sino que se busca un gran contraste entre el claro y el oscuro. Para hacerla, debemos tener especial cuidado, ya que si se hace mal el resultado puede ser pésimo.
Los reflejos son un clásico. Son fáciles de hacer, no requieren pasar por la gorra y permiten jugar con las tonalidades sin aclarar toda la cabellera. Se usa papel aluminio y una coloración especial para cada caso, puesto que depende del color original.
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Los claritos también tienen como función iluminar y dar brillo pero de una forma más marcada. Para hacerlos debemos tomar una mayor cantidad de pelo y el efecto es mucho menos sutil.
Debemos usar el peine y una tintura de tres a cinco tonos más claros que la base, dependiendo de los gustos de cada una. Uno de los principales inconvenientes de esta técnica es que el mantenimiento se debe hacer con bastante frecuencia, dos meses como máximo, porque el crecimiento se nota mucho más en las mechas gruesas.
Este tipo de aclarado busca un efecto contraste y un look más artificial. Las mechas californianas son intensas y la idea es simular el efecto del sol a la moda surfer.
Para lograrlo, se usa papel aluminio u otros recursos, pero hace falta agregar más calor para que el pelo se oxide lo suficiente.
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A diferencia de otras técnicas, se debe aplicar la tintura desde el medio hacia las puntas. Esto hace que los mechones queden más marcados y simétricos y aporten más luz al pelo.
La decoloración del cabello es un método bastante más abrasivo que los demás. Es muy habitual y tiene como objetivo aclarar de forma definitiva el cabello.
Se pueden usar distintos productos, pero hay que tener especial cuidado porque muchos decolorantes tienen efectos nocivos e irreversibles. Es importante recurrir a marcas conocidas o productos recomendados si no queremos correr riesgos.
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Otra forma de aclarar el pelo es hacer un desgaste de puntas. Va en la misma línea de moda que las mechas californianas y apunta al look surfista, de playa.
Esta técnica sirve para aclarar el color natural desde el medio hasta las puntas sin tocar las raíces y aportando un toque natural. Es un buen método tanto para rubias como para morochas y queda bien con cabellos ondulados, lacios, cortos o largos.
Este tipo de coloración se mantiene cada 3 o 4 meses, por lo que es cómodo para quienes no tienen mucho tiempo para ocuparse.
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