Muchos hombres siguen sin prestarle demasiada atención a la vestimenta que se ponen, no hay duda. Pero son cada vez menos: los varones se han rendido ante la cultura de la imagen y saben que verse bien ya no es sólo cosa de chicas.
Sin embargo, para que negarlo, la moda masculina es difícil. Al menos, eso parece cuando se consideran los requisitos que hoy parecen ser necesarios para verse “bien”. O lo suficientemente bien para determinados cánones estéticos de cada época.
Según los grandes diseñadores, en la moda masculina hay un must: el varón quiere sentirse cómodo y verse bien. El hecho de como se ve es fundamental en este caso. A veces, la misma camisa de manga corta puede convertir a su portador en un oficinista aburrido o en un hipster cool. Dicen los que saben que la cuestión está en cómo llevarla.
¿Pero qué pasa entonces con las musculosas, una de las prendas mas controvertidas del armario masculino y que divide aguas entre aquellos hombres atentos al buen vestir?
Un artículo del diario El Observador sostiene que “La musculosa tiene más historia de lo que se cree. Y más trasfondo sociocultural. Según un artículo del medio británico The Guardian, ya en el siglo XVII existían registros del uso de esta prenda en las cortes reales. Samuel Pepys –historiador inglés de la moda– estableció en un escrito que en 1666 el rey de Inglaterra declaró el uso de las musculosas como símbolo de la “nobleza detrás del ahorro”.
“De alguna manera, esa cuestión de “ahorro” se trasladó a su uso más extendido en el siglo XIX y XX, ya que siempre fue considerada una prenda barata y referente de las clases trabajadoras del campo en el hemisferio norte. Más aún; en inglés muchas veces se denomina wifebeater (golpeador de esposas) al tipo de musculosa blanca, de algodón y ajustada, ya que generalmente se la asociaba con una sociedad donde la violencia doméstica era vista con alarmante normalidad. También influyó que en varios casos de abuso en Estados Unidos los culpables vestían este tipo de vestimenta al momento de su detención”.
“Un poco por esa mala fama, de un día para el otro la musculosa desapareció. O, al menos, pasó a ser invisible. Por años, quedó relegada a la categoría de ropa interior, una prenda para usar debajo de la camisa.”
Sin embargo, el 2018 puede sorprender. Kris Van Assche, el diseñador belga a cargo de la casa Dior, propuso para esta nueva temporada una colección casual y fresca. Assche extrajo del pasado aquello relevante -como la camisa y el ambo con etiqueta a la vista- para una nueva generación de usuarios que va de traje pero no teme mezclarlo con musculosas, buzos, bombers y zapatillas.
Sin embargo, en esta prenda la línea que separa lo cool de lo bochornoso es muy delgada. Algunos consejos para quienes quieran usarla sin miedo:
- Al igual que una camiseta, debe caer justo debajo de los presillas del cinturón. No debe abrazar el torso con fuerza. De hecho, debe colgar alrededor de media pulgada del cuerpo; esto ayudará a evitar que el sudor aparezca.
- Hay una regla de oro en cuanto a cuanto cubre. Este es un momento en el que debemos querer enfatizar la moderación. En resumen: la cantidad de piel que muestra no debe exceder los centimetros cuadrados cubiertos por la parte superior de la musculosa.
- No use una camiseta sin mangas que haga referencia a levantamiento de pesas o ejercicios de gimnasio. Si te ves bien en una camiseta sin mangas, todos entienden que es porque pones el tiempo para hacerlo realidad. Lo que se puede acentuar si es el color y las impresiones. La moderación se aplica a las piezas más tradicionales de la indumentaria masculina, pero cuando hablamos de un estilo informal que utiliza un tejido minimalista, algunas opciones sutiles no resultan tan abrumadoras. Sugerimos rayas, color o repetición de patrones tonales, como hojas o flores de estilo aloha.