Deltan Dallagnol es un emblema de la Justicia brasileña. Muy joven –sólo 38 años, tenía 34 cuando comenzó la investigación del Lava Jato-, claro en sus conceptos, estudioso, trabajador y comprometido con su función, no duda al afirmar que la corrupción es uno de los males principales de la sociedad moderna.
Los logros de esa investigación son conocidos pero merecen ser una y otra vez destacados, sobre todo a la luz de la oportunidad que tiene Argentina tras la trama que asomó a partir de los cuadernos del chofer de Baratta:
El contraste entre los destacables avances del Lava Jato y los casi nulos resultados de las causas de corrupción en la Argentina es tan sorprendente como lamentable
Hoy, existe la posibilidad concreta de que, finalmente, los fiscales argentinos puedan utilizar las pruebas abrumadoras obtenidas por los brasileños que deberían permitir avanzar con seriedad y rapidez en procesos que hasta ahora se han llevado al ritmo habitual de ese tipo de causas, cuya duración promedio en este país es de entre 14 y 15 años.
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