Los países más felices del mundo son malos en fútbol

Quizá los latinoamericanos tengamos que aprender a vivir menos pendientes de la pelota.

En 2009 la emoción por la clasificación al Mundial inundó al presidente de Paraguay que, tras la hazaña, firmó un decreto declarando asueto para continuar con los festejos. La fiesta dejó dos muertos, un herido y cinco detenidos.

Islandia, el tercer país más feliz del mundo nunca jugó un mundial pero tiene los índices más altos de esperanza de vida, PBI per cápita, asistencia social, igualdad de género, entre otras cosas.

¿Qué tiene más impacto en la felicidad de una nación? Contrario a lo que la mayoría de los latinoamericanos pensamos, el bienestar de un estado no está para nada vinculado al deporte más popular de la región.

¿Se trata de una coincidencia? Según el Happinness Report de 2016, entre las diez naciones más felices del mundo, ninguna destaca en este deporte excepto Holanda.

El bienestar de un estado no está para nada vinculado a su habilidad futbolística.

El país más feliz del mundo es Dinamarca y se encuentra en el puesto 26 en el ránking de la FIFA. Lo sigue Suiza que es más conocido por albergar a la Federación Internacional de Fútbol que por su calidad en el deporte y el tercero es justamente Islandia. 

Si bien no hay una correlación directa entre el estado de felicidad de un país y su habilidad para el deporte, resulta llamativo que los países con mejores condiciones de vida no tengan interés por el fútbol ni destaquen a nivel internacional.

Pareciera ser que el deporte más popular es una cosa de naciones de media tabla en felicidad.

Pero, para tranquilidad de los latinoamericanos, los países más infelices tampoco destacan en fútbol. Pareciera ser que el deporte más popular es una cosa de naciones de media tabla en felicidad.