Manu Ginobili y su “jugo de abuelo” son sensación mucho más allá de la NBA

Alegra, impresiona, emociona, motiva, la multiplicidad de sensaciones que provoca la decimo sexta (!) temporada de Manu Ginobili en la NBA hace que no alcancen las palabras para describirlas.

A los 40 años el extraordinario basquetbolista argentino -para muchos el más grande deportista argentino de todos los tiempos- no sólo compite de igual a igual en el máximo nivel mundial sino que se destaca con brillo propio y aportes decisivos para que su equipo dé pelea en lo alto de la tabla.

Manu es ídolo en los San Antonio Spurs, el equipo donde desarrolló toda su campaña en la NBA y logró cuatro títulos además de múltiples nominaciones como jugador más valioso en partidos decisivos. Esos son datos fríos y concluyentes, hay muchos más que definen su trayectoria como brillante pero nada de eso explica lo que hoy está ocurriendo.

Su actuación en esta temporada desborda lo deportivo, es una convocatoria a la emoción, un mensaje al corazón que trasciende por completo a los fans de su equipo e incluso a los amantes del basquet

El “grandpa juice” (jugo de abuelo) fue la frase que sus compañeros primero y el público en general han encontrado para describir el fenómeno de un hombre maduro que, tras más de 20 años de intensa práctica de un deporte de tan duro nivel competitivo, es capaz no sólo de jugar sino de seguir sorprendiendo a propios y extraños.

Su rol protagónico es sensación, la genialidad está intacta, lo que transmite al equipo es muy fuerte tanto por juego como por ascendiente y además ha definido varios partidos en los últimos segundos.

Por si fuera poco el Madison Square Garden fue testigo una semana atrás de su triple “fantasma”, un tiro de larga distancia cuya conversión ni los árbitros advirtieron en primera instancia a punto tal que fue necesaria una revisión del video de la jugada para validarlo.

Y sigue, sin detenerse. Anoche volvió a brillar con 21 puntos, su mejor marca de la temporada y su aporte fue vital para definir otro partido importante.

Los votos para que participe del Juego de las Estrellas de la NBA de este año se suman en cantidades asombrosas en la cuenta del “pibe de 40”.

Si querés sumar tu voto podés hacerlo acá

El ejemplo de Manu va mucho más allá de los anales del deporte, en los que ya está registrado hace tiempo. Es una muestra cabal de esfuerzo constante, coraje y entrega en pos de un objetivo, la base sin la cual su indudable talento jamás habría llegado a tanto

Ginobili emociona a partir de sus valores, de su conducta, de su sencillez que reniega de toda soberbia, de su condición de hombre de equipo, un talento alejado del egoismo, una mente autocrítica y un corazón que no cesa de impulsar a sus compañeros.

Mientras lo disfrutamos no podemos dejar de pensar cuánto de su mensaje de vida podríamos aprovechar para ser mejores, como personas y como sociedad.