Es conocido popularmente como “mosquito tigre” pero su verdadero nombre es Aedes albopictus. Si bien es originario de Asia, volvió a ser el centro de preocupación en algunos países del mundo luego de que la especie apareciera en Ibiza, España, a causa de la falta de tratamiento de las piscinas durante la pandemia del Covid-19. México, Argentina y otros países de Latinoamérica monitorean su circulación.
El Aedes albopictus, mejor conocido como “Mosquito Tigre Asiático” es capaz de transmitir hasta 22 virus. El apodo lo toma debido a su color ya es presenta líneas cafés o negras y plateadas en el tórax, lomo, abdomen y cabeza.
El mosquito de origen asiático es un insecto de 5-10 mm de largo, color café oscuro o negro con líneas plateadas en el tórax y abdomen, y patas a bandas blancas y negras
La preocupación en estos días surgió porque, según los diarios europeos, esta semana se registró en Ibiza una presencia 4 veces mayor de esta especie de mosquito, que ataca durante el día y cuya picada atraviesa la ropa.
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Tanto el Aedes aegypti como el Aedes albopictus pueden transmitir los virus del dengue, chikunguña y zika, así como al menos más de una decena de otras enfermedades emergentes que, según los investigadores, podrían ser una amenaza en los próximos 50 años.
“El Aedes albopictus, también conocido como ‘tigre asiático’, pertenece al mismo grupo de mosquitos de importancia sanitaria junto con Aedes aegypti, con quien comparte similares características en estructura y tamaño. Originario del sudeste asiático, de hábitos selváticos, hoy presenta una amplia distribución en las regiones tropicales, subtropicales y templadas de América y Europa”, explica el biólogo Manuel Espinosa, responsable del área de Enfermedades Transmitidas por Mosquitos de la Fundación Mundo Sano.
“Se ha comprobado, en condiciones de laboratorio, que tiene la capacidad de transmitir al menos 22 arbovirus, entre ellos: dengue, chikungunya, zika y fiebre amarilla. Sin embargo, son pocos los estudios que lo muestran como un vector activo durante las epidemias de estas enfermedades en América”, tranquiliza Espinosa.
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A diferencia del Aedes aegypti, un vector predominantemente urbano, que utiliza la abundancia de contenedores artificiales como sitios de larvas y se alimenta casi exclusivamente de humanos, el Aedes albopictus se puede encontrar con mayor frecuencia en entornos periurbanos y rurales, alimentándose fácilmente de una variedad de especies de mamíferos (incluidos los humanos) y aviarias.
“En Argentina, se ha comprobado su presencia en las provincias de Misiones y Corrientes. En el año 2007 fue detectado en el área urbana de Puerto Iguazú durante los muestreos larvarios y monitoreo de ovipostura, que realiza en forma continua Fundación Mundo Sano para la vigilancia de Aedes aegypti. A partir de ese año, la fundación mantiene actividades de monitoreo permanente de este mosquito”, contó Espinosa.
La peligrosa especie, fácilmente reconocible gracias a su tamaño y sus distintivas rayas en blanco y negro, ha estado presentes en el norte de Italia, Grecia y España durante los últimos 5 años y se mueve hacia el norte a unas 93 millas al año. Más de la mitad de Francia se encuentra ahora en la “zona de peligro” roja, áreas donde el mosquito está “implantado” y “activo”.
La explicación científica a la aparición de esta plaga en Ibiza tiene que ver con el hecho de que esta isla está hecha para vacacionar. Debido a que en España decretó el encierro el 12 de marzo por la pandemia de COVID-19, las fuentes de agua, como las piscinas, no han sido tratadas y muchos hoteles y villas de vacaciones quedaron desiertos. El departamento de gestión medioambiental del consejo de Ibiza ahora ha instado a los residentes a asegurarse de purificar sus piscinas.
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