Una niña compró una vieja casa rodante y la convirtió en un motorhome de lujo

Invirtió apenas 800 dólares. Estaba vieja y abandonada pero logró remodelar el vehículo.

Dicen que la infancia es la edad en que los límites se desafían con hermosa insolencia. Es el momento de animarse a todo y de llenar de fantasía cada rincón del mundo. Es lo que hizo la pequeña Lauren Nelson, de 11 años, que llegó a las páginas de las más importantes revistas estadounidenses al lograr una “hazaña” inédita: en lugar de ir de campamento, prefirió usar sus ahorros para comprar una casa rodante en pésimo estado a un costo bajísimo y renovarla hasta convertirla a un motorhome de lujo.

El resultado realmente impresiona. Lauren vive en Attica, en el estado de Nueva York, y tiene una actitud en la vida que la llevó a emprender un proyecto que sorprendió hasta a sus propios padres.

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Ella compró una casa rodante en estado calamitoso, y con ideas y originalidad la convirtió en un lugar cómodo, elegante y muy bonito que es ahora su propio lugar en el mundo. Y tan solo invirtió 800 dólares.

Todo comenzó con la búsqueda de la niña de Attica, en el estado de Nueva York (Estados Unidos). Lauren quería crear un lugar propio, un escondite, un refugio para compartir con sus amigos.

La primera opción fue una casita de madera para poner en el jardín de su casa. Pero el alto costo que implicaba la compra de una madera que pudiera resistir al aire libre y fuera del tamaño que ella deseaba, terminaron desechando su plan. “Yo lo único que quería era un espacio que fuera para mí”, contó.

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Su segunda idea fue comprar una casa rodante de la marca American Girl Doll toys. “Nos mostró una que tenía un diseño similar al de un motorhome chiquito de VW. Pero salía 650 dólares y mi marido enseguida protestó y le dijo que por ese dinero se podría comprar una casa rodante de verdad y no una de juguete”, contó Aimee, la mamá de Lauren.

Fue entonces cuando decidió invertir sus ahorros y optar por una idea que había visto en una revista: comprar su propia casa rodante. “Tenía un sobre donde guardaba todo mi dinero de cumpleaños y Navidad. Junté todo y hablé con un vecino que estaba vendiendo su vieja caravana Sunline Sunray de 1988”. El hombre pedía 500 dólares pero logró bajárselo a 400. “No fue muy difícil. Él me dijo $500 y yo le respondí $400 porque ese era el dinero que tenía en mi cuenta bancaria y él dijo: ‘vendido'”.

Pronto se dio cuenta de que había mucho por hacer. Empezó a limpiar y a sacar las cosas viejas que habían quedado del dueño anterior. Hasta tuvo que desalojar a una familia de ratones, que estaba cómodamente instalada adentro del horno y debajo de la cama.

Algunas de las ventanas tenían goteras, por lo que el papá de Lauren también se sumó al proyecto y lo reparó. Los colchones y almohadones también tuvieron que limpiarse a fondo, así que los sacaron al sol y los lavaron con un producto especial para alfombras.

Una vez que quedó todo limpio, llegó el momento de renovarlo estéticamente. Diseñó la caravana de la manera que quería y eligió cuidadosamente cada detalle. Su mamá la ayudó con algunos dólares de regalo y, juntas, compraron el piso, la pintura, las fundas de los almohadones y todo lo necesario para su intervención en la casa rodante.

Lauren también hizo su aporte y con lo poco que le quedaba compró un marco de fotos, también agarró algunas plantas del jardín y un poco de la madera flotante que había sobrado del trabajo de su papá.

“Ella es muy creativa. Realmente es una artista. Creo que le gustaría ser diseñadora en el futuro. Me sorprende siempre porque sale de la norma, y además es bien ahorrativa, como yo”, señaló Aimee, al hablar de la niña

Después de dos meses de trabajo intenso, la niña tiene su propia casa. Y así, al pasar por la vivienda de esta familia se podrá ver un motor home estacionado en la puerta, donde una chiquita encontró y fabricó su lugar especial en el que pasa cinco días a la semana. “Si estás buscando tener grandes planes en el futuro, debés salir y hacerlo. Hacé que suceda”, dijo, para inspirar a otros chicos como ella que deseen encontrar “su lugar en el mundo”.

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