“A Donald Trump jamás se le acabará el dinero y eso lo hace increíblemente poderoso” declaró hace unos días Frank Luntz, encuestador del Partido Republicano.
Sin duda esa cantidad de dinero es suficiente para mantener uno de sus más excéntricos bienes: el Boeing 757 valorado en unos US$100 millones y considerado uno de los aviones privados más lujosos del mundo, digno de un hombre con un patrimonio valuado en más de USD 4.500 millones.
Durante estos meses de campaña, su avión ha sido su segundo hogar y se preparó para eso: cuenta con una exclusiva suite privada para relajarse con almohadas y almohadones adornados con su escudo familiar. ¿Los materiales usados para decorar este lugar? El mármol y el oro.
La aeronave fue apodada por la prensa “Trump Force One”
Apodo que muestra un juego de palabras que se refiere al Air Force One, el avión presidencial de Estados Unidos.
Fue adquirido por el magnate en 2001 y necesitó que le realizaran algunos ajustes.
El oro es uno de los materiales predilectos de Trump
Posee un baño con ducha privada y apliques y terminaciones realizadas en oro de 24 kilates, material que predomina en esta nave y del que también están hechos los cinturones de seguridad. Abundan también las pantallas planas gigantes para seguir las noticias minuto a minuto durante esta campaña electoral o para desconectarse (viaja con una colección de más de mil películas).
El Boeing 757 tiene espacio para 43 pasajeros. Los asientos disponen de sistemas de entretenimiento personales, y se transforman en camas. Además, posee un comedor y una habitación privada para invitados.
A pesar de todo este lujo, Trump confesó que le encanta comer fast food abordo de su avión. ¿Sus comidas preferidas? El combo Big Mac con papas fritas y Coca-Cola Light.