Una guardería dentro de un geriátrico le cambió la vida a los ancianos

Cinco días a la semana los residentes y el personal comparten las instalaciones de su residencia para ancianos con niños de guardería.

Risitas y el ruido de pasos de pequeños pies a lo largo de los pasillos no son exactamente los sonidos que uno esperaría escuchar en una comunidad de cuidado de adultos mayores, como lo es “Providence Mount St. Vincenten” en la ciudad de Seattle, EE.UU. Pero, debemos aclarar ya que “The Mount (el monte)”, como se le conoce, no es el típico geriátrico.

Guardería y geriátrico

Cinco días a la semana los residentes y el personal comparten las instalaciones de su residencia para ancianos con niños cuyas edades van desde unos pocos meses hasta los cinco años. Estos niños y sus profesores forman el “Intergenerational Learning Center” (ILC) algo así como el Centro Intergeneracional de Aprendizaje (CIT), un centro preescolar de cuidado de niños sin fines de lucro y con licencia estatal para funcionar

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El programa fue diseñado para contrarrestar la soledad y el aburrimiento que a menudo caracterizan la vida en un centro de reposo de personas mayores. Estos retos pueden ser particularmente evidentes en los hogares como “The Mount”, donde la edad media es de 92 y los residentes son en gran parte frágiles, no ambulatorios, y con necesidad de una asistencia importante.

Palabras de Charlene Boyd, administradora del centro quien agregó que acercar a los niños fue una solución natural:

“Queríamos una comunidad viva y vibrante; para asegurarnos de que este fuera un lugar donde la gente venía a vivir, no a morir “

Ahora, este lugar increíble está a punto de tener su propia película. Llamada “Presente Perfecto”, fue filmada en el transcurso del año escolar 2012-2013 por la realizadora Evan Briggs, quien también es profesora adjunto en la Universidad de Seattle.

Los residentes de “The Mount”, dijo Briggs, han tenido una “transformación completa en presencia de los niños. Momentos antes de que los pequeños entraron, a veces las personas parecían apenas medio vivas, a veces dormidas. Era una escena deprimente. En cuanto llegaron los chicos, con sus tareas de arte o música o a hacer sándwiches para el hogar o cualquiera que sea el proyecto del día, los residentes volvieron a la vida”.

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Más allá de lo evidente, hay numerosos estudios que han relacionado la interacción social con el retraso en el deterioro mental, con una tensión arterial baja, y un menor riesgo de enfermedad y muerte en los ancianos. También se ha demostrado que la socialización a través del cruce de generaciones aumenta la cantidad de sonrisas y la fluidez en la conversación entre los adultos mayores, según un estudio japonés  hecho en el año 2013.

Pero esto también es altamente beneficioso para el aprendizaje de los chicos. En su sitio web, el Centro de Aprendizaje Intergeneracional explica que su base filosófica “se implementa a través de un enfoque de desarrollo cognitivo ecléctico durante la primera infancia. Los maestros se basan en obras de Paiget Montessori, Erickson, Bredskamp, Kohlberg, DeVries y otros para implementar prácticas apropiadas para el desarrollo que satisfagan las necesidades del niño, social, emocional, físico, intelectual y culturalmente.”

En “The Mount” hay un montón de oportunidades para el compromiso intergeneracional entre los residentes y los niños. Seis veces a la semana, los maestros llevan a sus grupos a los pisos residenciales para visitar a los ancianos durante aproximadamente 20 minutos los más pequeños  y hasta 60 minutos los niños mayores. Los residentes son invitados a observar los salones de clase y las actividades organizadas para los niños y también a participar en algunas de ellas.

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“Un enorme pieza fundamental de lo que hacemos aquí es enseñar a los niños a resolver sus propios problemas”, dice Marie Hoover, directora del Centro de Aprendizaje Intergeneracional.

“Pasamos mucho tiempo con frases como ‘Veo que ambos quieren el mismo juguete. ¿Cuáles son sus ideas sobre cómo resolver esto? ” Entonces trabajamos con los niños hasta que o bien llegan a sus propias ideas o el maestro les da algunas sugerencias para solucionar los problemas. Tenemos una gran cantidad de comentarios positivos acerca de eso. Según Hoover, que los padres observen la interacción intergenearcional sirve para conseguir que estén más entusiasmados con el programa. Hoy hay más de 400 familias en lista de espera para incorporar a sus niños.”