“Educar es ayudar a nuestros hijos a crear conexiones valiosas en su cerebro. Casi todos queremos para nuestros hijos que se sientan seguros, que tengan confianza y que se sientan felices. Ayudarles a conectar la parte emocional del cerebro con la parte racional es posiblemente una de las mejores estrategias para lograrlo”, dice Álvaro Bilbao, neuropsicólogo y psicoterapeuta. Especialista en el cuidado del cerebro y padre de tres hijos, viene trabajando desde hace años en investigaciones y desarrollos vinculados al impacto de las nuevas tecnologías en el cerebro de los chicos.
Es clave que los padres ayuden a sus hijos a conectar la parte emocional del cerebro con la parte racional
En una conferencia en Barcelona, Bilbao analizó los mitos y verdades vinculados a las nuevas tecnologías. Y arremetió contra “la idea de que los niños deben familiarizarse pronto con la tecnología, porque son nativos digitales: la tecnología de hoy es tan intuitiva que no hace falta entrenamiento”. No hay que apresurar ese contacto, destaca.
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El segundo mito que apuntó a desmoronar es que la tecnología ayuda a desarrollar el cerebro. Aunque el debate está abierto, hay estudios que demuestran lo contrario, asegura. “Lo que sabemos de las tecnologías es que nos están volviendo un poquito más impacientes. Eso os ocurre a vosotros, que tenéis el cerebro bien desarrollado, así que os pido que os imaginéis el efecto que puede tener en vuestros hijos”, concluye.
“La tecnología, el iPad, es doscientas mil veces menos complejo que una persona. Cuando queremos estimular la inteligencia de una persona, estimular su memoria, lo mejor que podemos hacer es ponerlo frente a otro ser humano”, sostiene el experto. Y no va con vueltas: “Lo que sabemos hoy es que los niños que pasan más tiempo delante de las tecnologías tienen mayor probabilidad de desarrollar trastorno de déficit de atención, problemas de comportamiento, depresión infantil y obesidad”.
Se ha duplicado el número de chicos que toman medicación psiquiátrica. Eso nos debería hacer pensar mucho sobre lo que estamos haciendo con nuestros hijos
Bilbao asegura que los efectos de la tecnología se están viendo en un dato muy preocupante: “Sabemos que, como mucho, el 4% de los niños tiene TDAH. Sin embargo, la cantidad de niños que toman medicación por déficit de atención a lo largo de su vida escolar alcanza el 9%. Eso nos debería hacer pensar mucho como sociedad acerca de lo que estamos haciendo con nuestros hijos”.
El especialista desmonta además la idea de que las tecnologías ayudan a desarrollar más reflejos o una atención más rápida.“El cerebro humano no necesita entrenamiento para esto porque está diseñado para captar estos estímulos. Por eso nos gustan, porque son fáciles. No contribuyen a nuestro desarrollo cerebral, sino que relajan una parte del cerebro que se tiene que esforzar”.
Los dispositivos electrónicos no contribuyen al desarrollo cerebral. al contrario, relajan una parte del cerebro que se tiene que esforzar
Para Bilbao, lo que realmente necesita el cerebro de nuestros hijos es aprender a focalizar su energía y centrar su atención. “Muchas veces cuando queremos que nuestro hijo cene les ponemos un móvil delante, que lo que hace es desactivar la conexión con la circunvolución frontal, la encargada de fijar la atención. En vez de enseñar al niño a focalizar su atención, le enseña que tiene que estar atento a distintas cosas a la vez”.
“El cerebro de nuestros hijos necesita que les enseñemos a saborear la vida, no a consumirla”. El núcleo estriado es la parte del cerebro que se fija en lo que nos gusta, lo que nos atrae, en función de dos criterios: la rapidez de la satisfacción y la intensidad de la satisfacción.
“El niño que tiene esta parte del cerebro copada con cosas emocionantes, rápidas, etc., no puede prestar atención a otras cosas. Si enseñamos a nuestros hijos a estar con los videojuegos, el móvil, la tele, las redes sociales, la profesora y la pizarra le parecerán menos importantes, los libros le parecerán aburridos. Perderán la capacidad de disfrutar de la lectura y pasar un buen rato con un amigo en un parque le parecerá mucho más aburrido que ir a casa y conectarse en el ordenador. Es porque el núcleo estriado se ha llenado de cosas más intensas”.
El cerebro de los niños necesita que le enseñemos a saborear la vida, no a consumirla
El experto remarca una enorme contradicción de estos tiempos: “Mientras grandes ejecutivos pagan mucho dinero para aprender a tener una atención más plena (mindfulness), nosotros nos empeñamos en que nuestros hijos tengan una atención más corta, más limitada y más disgregada”.
La tercera necesidad del cerebro de nuestros hijos es el autocontrol: “El lóbulo frontal es la parte más importante del cerebro de los seres humanos. Nos permite tener autocontrol, paciencia, tolerar la frustración, ajustarse a las normas sociales. Es vital que enseñemos a nuestros hijos a tener autocontrol”, dice.
Bill Gates y Steve Jobs limitaron mucho el acceso de sus hijos a los aparatos y sistemas que ellos mismos crearon
“La clave del éxito es dejar de pensar en la manera en la que nos han querido vender que lo emocionante y lo positivo es que estemos conectados a todas las personas, porque cuando uno está conectado a todo el mundo no puede estar realmente conectado a las personas que más quiere”.
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