Las vacaciones de verano llegan a su fin y en pocos días más veremos un ejército de niños y niñas dispuesto a recuperar las aulas y los patios de las escuelas. Para evitar problemas y disfrutar la escolaridad de nuestros hijos, el consultor psicológico Gustavo Romero, en colaboración con la Asociación Argentina de Counselors, comparte con nosotros seis consejos prácticos:
- Comenzar el ritmo unos días antes (hora de cenar, acostarse etc.). Nuestros hijos necesitan rutina. La rutina les da el marco necesario para sentirse contenidos, protegidos. La idea es que se bañen, tengan una cena frugal, se laven los dientes y vayan a dormir siempre a la misma hora. Debemos evitar los alimentos dulces (chocolates, caramelos, etc.) así como que vean televisión ya que esto les altera y no promueven el descanso para conciliar el sueño.
- Comunicarnos con mensajes positivos. Decirles frases como “te va a ir bien”, “sos inteligente”, “quizá algunas cosas no te gusten o te cuesten pero sé que lo vas a superar” o “mamá y papá también fueron al colegio y acá estamos”, son frases que descomprimen de las tensiones a nuestros hijos. Por otro lado, sienten el respaldo de sus adultos de referencia a la hora de entrar a un mundo nuevo y desconocido. Por supuesto parte fundamental de la comunicación es escucharles.
- Involucrarnos en las tareas escolares desde el primer día. Esto no quiere decir que tengamos que hacer las tareas con ellos, sino generarles un ambiente donde puedan hacerlo sin interrupciones. Hay que guiarle a encontrar su momento y lugar. La idea sería que lleguen, almuercen (si van de mañana) y hagan la tarea antes de ir a jugar. Si van por la tarde, que la hagan antes de cenar así no queda para el día siguiente, evitando olvidos o corridas si hay que comprar algún mapa u otra cosa. Tanto mamá o papá pueden leer el cuaderno de comunicaciones y firmarlo. Esto le demostrará al niño que estamos interesados en que le vaya bien. Es importante que cada niño encuentre su propio ritmo dentro de las pautas que les sugerimos.
- Poner mucha atención al acoso escolar. Vivimos tiempos muy violentos, por lo que debemos estar atentos a síntomas de acoso hacia nuestros hijos (terror a ir al colegio, moretones, cara de susto al nombrar algún compañero, que se orine en la cama, etc.). Por otra parte, también prestemos atención si nuestros hijos son los violentadores. Arranques de ira, prepotencia, son indicadores de violencia contenida. Evitar que vean películas o accedan a videojuegos no convenientes a su edad son, en un principio, algunas cosas que debemos hacer para bajar el nivel de violencia.
- Ayudémosle a controlar las faltas. Mientras están en primaria, no conviene dejar que falten por cualquier motivo ya que esto marcará pautas para que en un futuro no asistan por cualquier causa. Demos el ejemplo con nuestro trabajo. El ejemplo no es la mejor manera de enseñar…¡es la única!
- Mamás y papás primerizos. ¡Los miedos y la ansiedad se transmiten! Tengamos pensamientos positivos. El colegio no es un monstruo come niños. Es necesario que pasen por algunas circunstancias para que aprendan a valerse por sí mismos. No vamos a poder estar junto a ellos toda la vida, por lo que desde chicos deben adquirir herramientas de las relaciones humanas para enfrentarse a esto que llamamos vida.
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