Tienen entre 6 y 18 años. Son los que nacieron entre 1996 y 2010 y se los considera los sucesores de los Millennials, un grupo de características bien definidas que rompió con los paradigmas establecidos.
La nueva generación Z, también llamados Centennials, cuenta con una cualidad distintiva: nacieron con la tecnología al alcance de la mano
La conectividad influye en sus modos de relacionarse con el entorno. Sus amistades, sus principales relaciones de pareja, las noticias que consumen, sus formas de entretenimiento y hasta sus compras. Todo pasa por la órbita de Internet.
Entre los 7 y los 9 años, los niños comienzan a utilizar dispositivos touch con fines lúdicos.
A partir de los 10 comienzan a evaluar la posibilidad de insertarse en el mundo de las redes sociales para relacionarse con su entorno. Después de la primera década de vida, los padres ya consideran la posibilidad de regalarles su primer celular propio.
Hay una realidad incontrastable: el touch se instaló como una forma de vida. Los niños lo interiorizaron desde el primer momento de sus vidas.
Pero la conectividad no va de la mano de la sociabilidad: se describe a la Generación Z como una de las más aisladas e infelices
Según Emily Cherry, directiva de National Society for the Prevention of Cruelty to Children (NSPCC), organización británica que brega por los derechos de los niños:
“Lo que estamos viendo es una generación de niños que están expresando mucho más claramente que son infelices consigo mismos y las situaciones que los rodean”
“Cuando se trata de una baja autoestima, mucha gente joven se preocupa en especial por lo que sucede en el mundo online. Cada vez que encienden sus teléfonos reciben mensajes sobre fiestas a las que no fueron invitados, o están viendo fotos de sus amigos haciendo cosas, o su autoestima se basa en cuántos ‘Me gusta’ están recibiendo en Facebook. El entorno digital impregna absolutamente su sentido de la autoestima”.
En el plano digital, los más jóvenes valoran menos la privacidad en las redes sociales que sus antecesores, los Millennials, y comprenden como natural la vigilancia que se ejerce sobre su actividad.
En su concepción de éxito, la Generación Z mide su impacto de acuerdo a la influencia que ejercen en el plano público, en especial, en las redes sociales.