La mañana despunta y el día comienza. Nos despertamos, nos estiramos para quitarnos la modorra, salimos de la cama y nos bañamos.
Otro día como cualquier otro está empezando y nos sentimos seguros dentro de nuestra casa. Sin peligros y libres de la contaminación que asola a las ciudades. Nos movemos hacia nuestros lugares de trabajo y al estar en la calle sentimos, ahora si, el peligro de la polución para nuestro organismo, hasta que llegamos al trabajo y ahí otra vez a salvo.
Bueno, lo lamento profundamente pero tengo malas noticias para quienes creen que en la hermeticidad del hogar o del espacio de trabajo estamos a salvo de la toxicidad que rodea a nuestra vida.
Como muchos de nosotros sabemos, podemos encontrar las toxinas y sustancias químicas dañinas en casi todo. A partir del uso de pesticidas con los que se tratan nuestros alimentos, de productos químicos en nuestros cosméticos o artículos de higiene personal, incluso en nuestros dispositivos electrónicos; es difícil conseguir algo completamente libre de productos químicos.
Todos estos productos químicos y toxinas se liberan en el medio ambiente, viajando a través del agua y el aire que respiramos, pero también son absorbidos por los seres humanos y la vida silvestre y finalmente llega a nosotros a través de la comida y el agua que consumimos. La gran mayoría de estas toxinas no se pueden ver, tocar, oler. Por lo general no sentimos sus afectos hasta que nos venimos abajo con una enfermedad crónica generada por los años de exposición a estos componentes.
Un informe realizado por la escuela de Salud Pública de la Universidad de Columbia estima que el 95% de los casos de cáncer son causados por la dieta y la toxicidad del medio ambiente.
Este sorprendente (o no tan sorprendente) informe da cuenta de 300 sustancias químicas artificiales que se encuentran en los seres humanos. Estos son los productos químicos peligrosos, que están presentes en casi todas las personas en nuestro planeta, y algunas de estas toxinas se han relacionado con varios tipos de cáncer, y una variedad de problemas reproductivos.
De hecho, un estudio realizado por el British Medical Journal concluye que el 75% de todos los cánceres son causados por factores ambientales y de estilo de vida. Lo que realmente hace que nos preguntemos que productos químicos estamos utilizando diariamente.
Quienes trabajemos o vivamos en edificios sofisticados en cuanto a su originalidad, diseño y prestaciones o quienes lo hagamos en lugares donde la calidad de los materiales con los que fue hecho sea mala o tenga fallos en su construcción, no estamos exentos de padecer uno de los males vinculados a este tipo de situaciones denominado “Síndrome del Edificio Enfermo” (SEE).
Lo que ocurre es que dentro de esos edificios hay muebles que fueron pintados con lacas o pinturas solventes que con el paso del tiempo se van degradando y poco a poco van liberando sustancias químicas, compuestos orgánicos volátiles como toluenos, cloroformos, compuestos clorados, entre otros.
El síndrome empeora mientras más herméticos sean estos lugares, especialmente si poseen sistemas centralizados de ventilación. En este tipo de instalaciones, por ejemplo un bloque de oficinas, el aire recircula constantemente a través de conductos cargándose de partículas de estos componentes nocivos para nuestra salud y bienestar.
Por esto, una persona que pasa ocho horas diarias o más de su vida en esa oficina, podría comenzar a padecer algún tipo de alergia o una enfermedad más grave.
Claro que también dentro de nuestro hogares la situación puede llegar a a ser riesgosa. Actualmente, nos hemos hecho dependientes de una infinidad de productos químicos para la limpieza de la casa, el control de insectos no deseados, y otros artículos que aunque parecen inofensivos terminan por hacernos daño.
En Estados Unidos por ejemplo, se detectó que algunos juguetes provenientes de Asia contenían plomo, por lo que ahora existe una regulación muy estricta al respecto. En el tema de los cosméticos también ha habido una alerta por parte de organizaciones internacionales que muestran que hay cremas aclaradoras de piel que contienen ese tóxico.
Tips para prevenir
Pero para no estar solo preocupados y expuestos a estos males debemos hacer hincapié en la prevención. Para disminuir las probabilidades de que aparezcan estos problemas, debe cuidarse con especial esmero el mantenimiento y las necesidades de remodelación del espacio de trabajo o del hogar.
Es de especial importancia el mantenimiento del sistema de ventilación del edificio, la calidad del aire y de los materiales y mobiliario, así como el ambiente de trabajo y por supuesto, algo que quizás suene un poco ilógico pero tiene mucho que ver, debe cuidarse la calidad de las relaciones entre las personas que interactúan en una oficina o conviven en un hogar ya que el estrés puede generar bajas defensas y dejarnos aún mas expuestos a los efectos de estos productos contaminantes.
