El fin de año se acerca y parece ser inevitable que nos embargue la sensación apremiante de que todo va a terminarse en unos días. Además es el momento de balances y reflexiones personales, algo que nos proyecta hacia el futuro pero nos hace revisar algunos puntos flojos del año que se termina.
Para poder concluir exitosamente el ciclo, nos preocupamos en exceso y pasamos momentos de angustia y estrés. Y no solo en lo personal, la familia también incide. Los chicos con mucho que estudiar para poder cerrar el ciclo escolar, encontrar un lugar para irnos de vacaciones, organizar las cenas y los encuentros familiares de fin de año, los regalos, los chequeos médicos que no realizamos durante el año, el trabajo acumulado por entregar y tanto más.
Así, corremos y corremos sin pensar que esto afecta a nuestra salud, y a la de nuestro corazón. Pareciera ser una bomba molotov que muchos tratan de apagar de manera desesperada sin poder lograrlo, trayendo esto consecuencias en nuestro cuerpo. Prestar atención a esto es muy importante ya que puede contribuir, de manera directa o indirecta, a la aparición de trastornos generales o específicos del cuerpo y la mente.
Las evidencias sugieren que el estrés tiene un papel preponderante en varios tipos de problemas crónicos de la salud, y particularmente en las enfermedades cardiovasculares. La irritabilidad, el mal humor, el cansancio y el malestar generalizado son sólo algunas de las manifestaciones que puede provocar si no se toman los recaudos necesarios. Por eso, tener en cuenta esto y actuar a tiempo resulta fundamental para encarar el próximo año con salud y mucha energía.
Desde la Fundación Cardiológica Argentina, con el asesoramiento de la Licenciada Adriana Marta Alonso, psicóloga especialista en Psicocardiología nos proponen algunas pautas para encarar este último mes del año de la mejor manera:
- Tratar de distinguir lo urgente de lo que no lo es, y evitar exigirnos hacer en un mes lo que no se pudo concretar en el resto de los meses. Después de todo DICIEMBRE termina, pero enseguida comienza ENERO que está a un solo paso de distancia. En esta carrera por cumplir nos olvidamos de intentar encontrar un ritmo saludable para nuestra salud y la del corazón.
- Intentar pensar en esta época lo positivo que nos deja el año (siempre hay cosas positivas) y AGRADECER. Sí, AGRADECER todo lo aprendido, lo compartido, lo soltado y lo vivido; y despedir el año con GRATITUD, ya que ésta es una de las fuerzas más potentes. Así podremos conciliarnos con nuestra historia con humildad, reconocer logros, virtudes, fortalezas.
- Si logramos ver lo que hay, nuestra mirada se vuelve más completa y positiva, y la ansiedad se controla.
- Decir “Hice lo mejor que pude, algunas cosas me salieron y otras no” te permite pensar que lo iniciaste, le pusiste todo, pero no resultó. Podemos tomar nota de lo que funcionó y lo que no, para dejarlo en la lista de posibles proyectos para el año que comienza.