La globalización ha repartido por el mundo un sinfín de objetos que eran patrimonio exclusivo de distintos lugares del Globo. Hoy podemos conseguir la mayoría de las cosas en todo el mundo, pero no siempre es fácil ni barato. Si compartes la pasión argentina por el dulce de leche, aquí tienes una de las recetas más sabrosas de la web: te contamos cómo hacer dulce de leche casero, fácil y rápido.

Qué vas a encontrar en esta nota:
La receta del dulce de leche
Vale una aclaración, sobre todo para los argentinos, uruguayos y otros fanáticos que tengan mercados o negocios que vendan dulce de leche cerca: es una receta que no tiene grandes complejidades, pero sí lleva muchas horas de elaboración; y, a la vez, la versión casera es probablemente más cara que la comprada en el supermercado.
Pero vale la pena: el dulce de leche “made in home” es mucho más suave y rico que el comercial, y probablemente dure muy poco una vez que lo pruebes. Por eso, la mayoría de la gente que hace dulce hace mucha cantidad, para guardar, porque una vez que encaras la receta da lo mismo hacer un kilo o dos. Solo cambiará el gasto y el tamaño de la olla, pero el trabajo y las horas serán las mismas.

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Cómo hacer dulce de leche casero
El dulce de leche es por excelencia uno de los dulces más rico e irresistible que existe. Solemos comprarlo en el supermercado, pero también, cada tanto, puedes prepararlo con tus propias manos y disfrutar de un exquisito dulce de leche artesanal.
La receta de dulce de leche no es difícil, solo lleva mucho tiempo de cocción. Pero su sabor es único.
Ingredientes para preparar 400 g
- 1 litro de leche entera.
- 350 g de azúcar.
- 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
- Una cucharada de esencia de vainilla.

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Paso a paso
Calentar la leche con el azúcar a fuego medio, para que este se disuelva.
Añadir el bicarbonato y la vainilla y revolver.
Dejamos cocer la mezcla durante unas dos horas, removiendo de vez en cuando con una cuchara de palo para que no se pegue, a fuego más bien bajo. No debe hervir. El agua que contiene la leche se irá evaporando, el líquido disminuirá y notaremos que poco a poco se va espesando y tomando color.
El tiempo varía según el fuego de cada uno. La última hora es la más delicada, ya que el dulce de leche está más espeso y no debemos dejar de remover para evitar grumos o que se pegue al fondo de la olla.

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Si en algún momento la preparación comienza a hervir, retirar unos segundos del fuego hasta que la preparación disminuya su volumen y volver a cocinar.
Para determinar el punto justo en el que está listo el dulce de leche, se puede colocar una pequeña porción sobre un plato y comprobar que no se chorree: debe tener consistencia. Otro secreto para corroborar el punto del dulce de leche es pasando el dedo sobre el medio de la cuchara con la que se estaba mezclando, y chequear que se forme un surco que no se vuelva a unir.
Retiramos del fuego cuando consigamos una consistencia similar a la de una natilla, y fuera del fuego seguimos removiendo durante 5 o 10 minutos más para que se enfríe un poco. Veremos que se espesa y reduce un poco más.
Si el dulce de leche parece grumoso o como si se hubiera cortado, dar unos toques de mixer para que vuelva a tener la textura original.
Vertemos en frascos y guardamos, bien esterilizando o en heladera, como prefiramos.
Si el dulce de leche parece grumoso o como si se hubiera cortado, dar unos toques de mixer para que vuelva a tener la textura original

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Dulce de leche bajas calorías
Una buena opción si quieres que engorde menos es reemplazar el azúcar o parte de ella con stevia u otro edulcorante y usar leche descremada. Es genial para bajar el nivel de grasa y comer un dulce de leche light, más saludable.
Historia del dulce de leche: una pasión argentina
Hablar del dulce de leche es hablar de identidad, de tradición y de una parte profunda del imaginario rioplatense. Aunque este manjar existe en varios países y con distintas variantes, en Argentina se transformó en un símbolo cultural: acompaña desayunos, postres, meriendas y celebraciones familiares desde hace generaciones. Su sabor, su textura y su lugar en la memoria afectiva hicieron que trascienda fronteras y se consolide como uno de los productos más representativos del país.

Pero ¿de dónde viene realmente el dulce de leche? ¿Quién lo inventó? ¿Es cierto que tiene origen accidental? La historia mezcla mitos, documentos antiguos y anécdotas que, sumadas, permiten entender cómo este dulce se convirtió en una auténtica pasión argentina.
Un origen envuelto en mitos
La versión más difundida —casi leyenda popular— sostiene que el dulce de leche nació por accidente en 1829, en la estancia de Juan Manuel de Rosas. Según el relato, una criada dejó leche con azúcar al fuego y, al descuidarse, la mezcla tomó el color acaramelado que hoy conocemos.
Aunque esta historia es entrañable y forma parte del imaginario colectivo, no hay registros históricos sólidos que la respalden.

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Un dulce que nació en varias culturas
Distintos documentos y recetas antiguas muestran que mezclas similares de leche y azúcar existían mucho antes en lugares tan diversos como Medio Oriente, India, Europa y América colonial.
En Indonesia, por ejemplo, existe el dodol, un dulce espeso y acaramelado; en México, el cajeta lleva leche de cabra; en Chile y Perú, el manjar es muy popular.
Sin embargo, cada preparación tiene sus variaciones y ninguna coincide exactamente con el dulce de leche argentino.
La clave del dulce de leche argentino
Lo que distingue al dulce de leche argentino es la combinación de leche vacuna, azúcar, cocción lenta y un punto particular de caramelización que le da ese sabor único, más suave y cremoso que otras versiones latinoamericanas.
A lo largo del tiempo, la receta fue perfeccionándose y estandarizándose hasta convertirse en un producto emblemático, tanto para consumo doméstico como para exportación.
Expansión y tradición
Desde finales del siglo XIX y principios del XX, las fábricas lácteas comenzaron a producir dulce de leche de manera industrial, permitiendo que el consumo se multiplicara en todo el país. Con el tiempo, pasó de ser un dulce casero a un producto masivo, presente en tostadas, helados, pastelería, alfajores, panqueques y infinidad de recetas.
Industrializado, competitivo y cada vez más creativo, el dulce de leche sigue siendo protagonista: no hay turista que se vaya sin probarlo o llevarse un frasco.

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Más que un dulce, un símbolo
La historia del dulce de leche no se reduce a un origen exacto: es el resultado de un mestizaje cultural, de técnicas que viajaron por el mundo y de una apropiación afectiva que lo convirtió en un emblema. En Argentina, es sabor de infancia, de familia, de encuentros y de identidad.
Por eso, más allá de mitos o versiones, el dulce de leche seguirá siendo lo que es hoy: una pasión argentina que conquista paladares en todo el mundo.
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