La búsqueda de vida fuera de nuestro sistema solar ha llegado nuevamente a nuestra puerta cósmica con el descubrimiento de un aparente planeta que orbita la estrella más cercana a nuestro sol.
A una distancia de 1.295 parsecs (si, parsecs, que es es una unidad de medida astronómica bastante utilizada para grandes distancias equivalente a 3,26 años luz) la estrella roja enana Proxima Centauri (α Centauri C, GL 551, HIP 70890 o simplemente Proxima) es el vecino estelar más cercano del Sol y una de las estrellas de baja masa mejor estudiadas. Tiene una temperatura efectiva de solamente alrededor de 3.050 grados Kelvin y una luminosidad de 0.15 por ciento con respecto a la del Sol.
Las más recientes observaciones revelan la presencia de un pequeño planeta con una masa mínima (de alrededor de 1,3 veces la masa terrestre) orbitando Próxima. Su temperatura de equilibrio está en el rango en el cual el agua podría ser líquida en su superficie.
Llamado Proxima b, el nuevo planeta ha provocado una oleada de entusiasmo entre los astrofísicos debido a la tentadora posibilidad de que podría ser similar en los aspectos cruciales que hacen habitable a la Tierra.
“Hay una expectativa razonable de que este planeta podría ser capaz de albergar vida” dijo Guillem Anglada-Escudé, co-autor de la investigación de Queen Mary, Universidad de Londres.
Eamonn Kerins, un astrofísico del Centro Jodrell Bank de Astrofísica, fue uno de los entusiastas que opinó sobre el descubrimiento. “Descubrir que la estrella más cercana al sol tiene en su órbita no sólo un planeta del tamaño de la Tierra, sino uno que además tiene las condiciones apropiadas para que allí pueda desarrollarse la vida – y hay un montón de señales en él – realmente pone de relieve que los planetas potencialmente habitables son comunes “, dijo.
Proxima b puede ser el más cercano de los miles de exoplanetas – que son planetas que orbitan estrellas fuera de nuestro sistema solar – descubiertos hasta la fecha pero a 4,2 años luz de distancia, la idea de una visita rápida para encontrar cualquier extraterrestre “Proximense” sigue siendo remota. Sobre la base de las naves espaciales de hoy, una sonda lanzada ahora tomaría alrededor de 70.000 años en llegar al nuevo planeta.
“Las primeras señales de un posible planeta se vieron en 2013, pero la detección no era convincente”, cuenta Guillem Anglada-Escudé, el científico español líder de la investigación.
Próxima b se encuentra a 7 millones de kilómetros de su estrella, Próxima Centauri. Si lo comparamos con la distancia que tiene nuestro planeta Tierra con nuestro sol, esos 7 milones de kilómetros representan solo el 5% de la distancia. A esa escasa cantidad de kilómetros y con la altísima temperatura que eso significa nosotros no podríamos existir. ¿Cómo puede ser habitable entonces este nuevo planeta?
“Su estrella es mucho más débil que el Sol. Como resultado, Próxima b se encuentra dentro de la zona habitable alrededor de la estrella y tiene una temperatura superficial estimada que permitiría la presencia de agua líquida”, explica el ESO.
Los cálculos indican que podría tener una temperatura de unos 4°C, lo que genera condiciones para tener agua, el factor clave de la vida terrestre.