Norberto Bruno Worobeizyk (@norbertoworobeizyk) es profesional en Comercio Exterior y Marketing Internacional, triatleta, sub campeón argentino de salvavidas en su categoría, miembro de la Cruz Roja, kayaquista, entrenador de wind surf y de esquí acuático y personal trainer. Tenía 56 años cuando, consecuencia de un grave accidente, quedó tetrapléjico. En ese momento, su vida y sus sueños se desplomaron pero el deportista no se rindió y logró salir adelante. Hoy nos cuenta su historia.
El accidente que cambió su vida
El 29 de diciembre de 2004, Norberto se encontraba viviendo en la localidad de Cabeçudas, a 5 kilómetros del Balneario Camboriú, Brasil. Volvía a su casa en moto taxi cuando un conductor alcoholizado no respetó la señal de pare y lo atropelló.
Los bomberos respondieron rápidamente y lo trasladaron inconsciente al Hospital Marieta de Itajá. Lamentablemente, allí no tuvo los cuidados correspondientes, sufrió una mala praxis quirúrgica y luego una infección intrahospitalaria.
“Estaba totalmente solo. En un cuarto de hospital y en una ciudad en donde no conocía a nadie, luchaba entre la vida y la muerte”
El deportista agonizó por 10 días y justo cuando estaban por amputarle la pierna, su compañera Claudia y su hijo Javier, lo lograron trasladar a Curitiva. Una vez internado allí, Norberto pudo comenzar la lucha para salvar su pierna derecha y su vida.
“Fui operado siete veces y en cuatro cirugías corrí riesgo de muerte. La última duró doce horas, perdí el 80% de sangre ante el asombro del equipo médico, que según ellos nunca habían vivido una experiencia igual”.
La relación con Claudia había recomenzado 10 días antes del accidente y, según cuenta Norberto, fue gracias a su apoyo y compañía que logró encontrar los motivos para recuperarse y salir adelante.
Fuerza de voluntad, espíritu y deseos de vivir.
Cuando todo parecía terminar, Norberto se sorprendió: “Un día, mirándome la mano derecha, logré mover el dedo un milímetro. Fue el comienzo de una nueva etapa inesperada. Llamamos urgentemente al fisioterapeuta y comenzamos con el entrenamiento de recuperación. Hice diferentes ejercicios todos los días para mover mis miembros atrofiados”, cuenta el deportista.
Norberto empezó a usar todas sus fuerzas y conocimientos de triatleta para intentar salvarse. Ahí empezó una lucha indescriptible: de fuerza de voluntad, espíritu y deseos de vivir.
“Tenía que luchar con dos serios problemas, el trauma en la médula y las múltiples fracturas expuestas de mi pierna derecha”
Pasaron los meses y Norberto comenzó a intentar dar los primeros pasos con andador. Luego de mucho esfuerzo y dedicación logró ponerse de pie y en poco tiempo ya podía andar por los pasillos del hospital. Le dieron el alta, regresó a su casa y continuó su recuperación en el gimnasio.
“Por supuesto que dejé ser tetrapléjico, pero aún quedan muchas batallas por ganar”, dice el triatleta. Convencido de que existen muchos casos reversibles como él, Norberto asegura que con voluntad, esfuerzo, sacrificio y sobre todo con mucho amor, se puede seguir con una vida feliz.
Buena energía y actitud positiva
Luego de 17 años de una verdadera pesadilla, Norberto se encuentra firme y fuerte. A los 72 años, vive en Argentina con el amor de su vida, Claudia, la mujer que dejó su trabajo para cuidar y ver levantarse a su esposo.
A Norberto le encanta leer buenas noticias y constantemente transmite buena energía a las personas que lo siguen en las redes: “no te rindas tan fácilmente”, enseña.
A pesar de no competir más y experimentar dolores frecuentes en su pierna derecha, el deportista no se rinde jamás. Hace de dos a tres horas ejercicio todos los días: natación, entrenamiento con pesas, spinning, caminata, tiro con arco y remo.
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También remarca la importancia del deporte para tener sentimientos y actitudes positivas. Norberto está seguro de que los buenos pensamientos marcan la diferencia a la hora de recuperarse o no, de vivir o morir y enseña que la alimentación saludable, que ha estado teniendo durante años, también ayudó a su rehabilitación.
Norberto siente que tiene dos edades: 72 años en los documentos y 28 en la cabeza. “Por mi apariencia física actual y los resultados de mis actividades, considero que mi edad biológica cognitiva y mental actual es de 28 años. Eso será hasta que alguien demuestre lo contrario”, concluyó.
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Su mensaje de aliento y esperanza
Norberto es un deportista con una filosofía y calidad de vida equilibrada. El destino le dio un golpe fuerte y a pesar de las dificultades, con esfuerzo, dedicación, amor y coraje logró recuperarse y volver a vivir con plenitud. Su deseo hoy es trasmitir a otras personas su experiencia y determinación para no bajar los brazos fácilmente.
Desde sus redes sociales y charlas motivacionales busca despertar esa fuerza en quienes han sufrido accidentes o están pasando por momentos difíciles y decirles: no te rindas, siempre hay motivos para luchar y seguir viviendo.
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