Hace algunos días, el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, anunció que pasaría dos meses fuera de la oficina por el nacimiento de su segunda hija. No es la primera vez que lo hace y ha convertido el permiso por paternidad en política de la empresa de la cual es dueño.
Claro que no todos los padres tienen la suerte de ser dueños de una de las compañías más poderosas del mundo o de trabajar en ella, pero la decisión de Zuckerberg sienta un precedente que beneficia a todos.
Hoy en día, la mayoría de los países no cuentan con licencias por paternidad o son comparativamente pequeñas en relación a las que obtienen las mujeres. Esta desigualdad perjudica tanto a los hombres que quieren pasar más tiempo con sus recién nacidos como a las mujeres que deben hacerse cargo solas por más tiempo del bebé.
De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo, México, Estados Unidos, Alemania, Japón y China no ofrecen días por paternidad. En Sudamérica, Chile y Brasil a la cabeza otorgan cinco días, Perú cuatro, Uruguay tres y Argentina dos. Aunque existen unicornios como España, Francia, Canadá y los países nórdicos, hoy en día la mayoría de las naciones no cuentan con leyes que garanticen licencias por paternidad extendidas.
Muchos hombres sufren por tener que volver al trabajo tan pronto después del nacimiento de un hijo. Y esta situación puede incluso generar una injusticia con respecto al niño que se ve privado del cariño, afecto y ternura de su papá sus primeros días de vida.
Además, varios estudios han demostrado que aquellos padres que se toman licencias más largas permanecerán más involucrados en la crianza de sus hijos.
Las mujeres también se benefician porque ellos puedan tomarse más tiempo fuera del trabajo. Está demostrado que las permisos por paternidad mejoran la distribución de los cuidados entre los padres y rompen con los estereotipos de género.
Laboralmente, además, igualar las condiciones de género frente al nacimiento de un hijo atacaría de lleno uno de los mayores desincentivos económicos que tienen las empresas a la hora de contratar mujeres, fomentando una mayor paridad. Al igualar las condiciones entre ambos géneros, la posibilidad de un embarazo repercutiría por igual en hombres y mujeres.
Zukerberg dio el puntapié inicial para discutir este tema y su decisión puede tener una enorme repercusión en la próxima generación de padres. Ahora nos toca a nosotros proponer mejoras en este campo desde nuestro lugar. Cuidar a sus hijos es la mejor inversión que puede hacer una sociedad.