El amuleto que comparten los médicos para combatir el miedo y apostar al triunfo, cada día y con cada paciente

“Buena guardia”, se dicen, cada vez, cuando pasan la posta y vuelven a casa con emociones mezcladas. Leonora Arditti, tocoginecóloga, nos cuenta qué encierra ese “mantra” y por qué los conmueve como nunca en estos días.
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Como un mantra, un rezo laico o una frase mágica, los médicos nos deseamos unos a otros “buena guardia”. Buena guardia encierra muchos deseos en uno: que puedas encontrar tiempo para comer y descansar, que todo lo que se presente salga bien, que no haya complicaciones y, si hay algún sobresalto, se resuelva lo mejor posible.

Porque la guardia no se queda en el Hospital, se va con nosotros. Esa paciente que sangró más de lo que nos hubiera gustado, ese laboratorio que nos dejó preocupados, esa orina que no nos pareció lo suficientemente clara. Y la posta la toma tu colega, que velará para que ese sangrado que te preocupó, ese laboratorio que no te gustó, esa orina que te dejó pensando dejen de ser problemas y encuentren sus soluciones. Buena guardia es casi un amuleto, una cábala.

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Nunca nos olvidamos de deseárselo al que nos releva y nos permite volver a casa con los nuestros. Porque creemos en el poder de nuestros buenos deseos, somos pragmáticos pero en el fondo algo supersticiosos. Mirar a la muerte a la cara siempre atemoriza, y el desafío se mantiene intacto aunque pasen los años.

Malos tiempos se avecinan. Tenemos miedo, por lo desconocido, el inmenso reto que nos aguarda y el enorme esfuerzo que requerirá. Pero confiamos en la entereza de todos los que un día juramos solemnemente consagrar nuestra vida al servicio de la humanidad

Tenemos miedo de llevar la enfermedad y la muerte a nuestras casas. O de sucumbir nosotros mismos. Pero juramos voluntaria y libramente velar en todo momento por la salud de nuestros pacientes, y allá vamos. Esperamos estar a la altura de las circunstancias. A todos mis colegas que comienzan la lucha contra esta terrible pandemia, a los que algún día prometí considerarlos mis hermanos, les deseo para hoy y para los duros meses venideros: buena guardia.

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